El Gobierno de Donald Trump está considerando la eliminación del parole humanitario que ha permitido la entrada y permanencia legal en Estados Unidos de más de 500.000 migrantes procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. La medida, que aún no ha sido confirmada oficialmente, forma parte de un plan más amplio para restringir los programas migratorios implementados en los últimos años.
Si se concreta esta decisión, miles de personas quedarían en una situación migratoria incierta, con el riesgo de enfrentar procesos de deportación acelerada. En el caso de los cubanos, muchos habían ingresado con la esperanza de regularizar su estatus a través de la Ley de Ajuste Cubano, que permite solicitar la residencia permanente tras un año y un día en el país.
Revisión de políticas migratorias
El posible fin del parole humanitario se enmarca dentro de una revisión general de las políticas migratorias que también contempla cambios en los permisos concedidos a ciudadanos de otros países. Se estima que la medida podría afectar a miles de ucranianos que llegaron a Estados Unidos tras la invasión de Rusia y a afganos que fueron evacuados tras la toma de poder de los talibanes.
Desde la Casa Blanca han señalado que no hay una decisión definitiva sobre la eliminación del programa, pero la posibilidad ha generado preocupación entre los beneficiarios, quienes temen que su situación legal cambie abruptamente.
El parole humanitario ha permitido que miles de migrantes puedan trabajar y residir temporalmente en Estados Unidos. Sin embargo, las autoridades que evalúan su eliminación argumentan que estos programas fueron una extensión de poder del gobierno anterior y que es necesario restringirlos para limitar la llegada de nuevos migrantes.