El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que impide la participación de mujeres trans en competiciones deportivas femeninas, cumpliendo con una de sus promesas de campaña. La medida ha generado críticas por parte de organizaciones de derechos humanos.
Antes de la firma del decreto, Trump afirmó que su gobierno busca preservar la categoría femenina en el deporte y calificó la inclusión de personas trans en estas competiciones como parte de una “ideología de transgénero militante”.
Esta nueva directriz se suma a otras decisiones recientes de la administración republicana, entre ellas, la prohibición de procedimientos de reasignación de sexo en menores de 19 años y la restricción para que personas trans sirvan en las Fuerzas Armadas. Además, Trump ha eliminado los programas federales de diversidad, equidad e inclusión (DEI) y ordenó reconocer únicamente el binarismo de género en documentos oficiales.
La orden también instruye al Departamento de Seguridad Nacional, dirigido por Kristi Noem, a rechazar solicitudes de visados de personas trans que busquen ingresar a Estados Unidos con el objetivo de competir en deportes femeninos.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han expresado su rechazo a estas políticas, señalando que violan los derechos fundamentales de las personas trans y fomentan la discriminación. Karla Gonzales, directora de Género de Amnistía Internacional, calificó las recientes decisiones de Trump como parte de un patrón de medidas “basadas en la intolerancia”.
Por su parte, Human Rights Watch recordó que este tipo de regulaciones contravienen compromisos internacionales, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), el cual establece protecciones contra la discriminación.
A medida que estas disposiciones entren en vigor, se espera que el debate sobre los derechos de las personas trans en el ámbito deportivo y en otros sectores continúe en el país.