Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), ha advertido que el ritmo de los recortes en los tipos de interés será más moderado en 2025, señalando que las recientes lecturas de inflación y las previsiones actuales apuntan a precios más elevados de lo inicialmente anticipado.
Powell explicó durante una rueda de prensa que la decisión de reducir los tipos en 25 puntos básicos, situando el rango objetivo entre el 4,25% y el 4,50%, fue tomada de manera cautelosa debido a los riesgos que representa para la estabilidad de los precios y el mercado laboral. “La ralentización de los recortes para el próximo año es resultado tanto de las lecturas más altas de inflación de este año como de las expectativas de una inflación más elevada”, afirmó.
Cautela frente a los riesgos económicos
El presidente de la Fed subrayó que la política monetaria actual busca un equilibrio entre los riesgos de excederse en los ajustes o de no actuar con la suficiente firmeza. “Estamos tratando de navegar entre esos dos riesgos”, comentó Powell, enfatizando la necesidad de actuar con cautela en futuras decisiones de política monetaria.
Aunque el mercado laboral sigue mostrando fortaleza, Powell reconoció que las condiciones son menos sólidas que antes de la pandemia y que continúan enfriándose de manera gradual. Sin embargo, afirmó que no es necesario un mayor debilitamiento del mercado laboral para alcanzar la meta de inflación del 2%. “La creación de empleo está ahora por debajo del nivel que mantendría constante la tasa de desempleo”, señaló.
Evaluación constante y tipos de interés neutrales
Al abordar el futuro de las tasas de interés, Powell indicó que la Fed no sigue un rumbo preestablecido, sino que evaluará los datos económicos y las perspectivas antes de tomar nuevas decisiones. También destacó que los tipos de interés están más cerca de niveles neutrales, es decir, aquellos que no estimulan ni frenan el crecimiento económico, sugiriendo que la tasa terminal de tipos podría estar más próxima de lo anticipado.
Con este enfoque, la Reserva Federal reitera su compromiso con la estabilidad económica, evaluando cuidadosamente cada paso en el contexto de un panorama de inflación todavía desafiante.