Featured Video Play Icon

Internan en Miami a la actriz cubana Ana Luisa Rubio tras crisis psiquiátrica y disputa familiar

La actriz cubana Ana Luisa Rubio, reconocida por su destacada participación en la televisión y la radio en las décadas de 1970 y 1980, ha sido internada en una institución psiquiátrica en Miami tras un episodio conflictivo ocurrido en la vivienda de su prima, quien la había recibido temporalmente tras su desalojo.

Rubio fue acogida por su familiar Noelia, de 86 años, en un gesto solidario, luego de que se quedara sin residencia. Sin embargo, de acuerdo con testimonios ofrecidos por la actriz María Karla Rivero Veloz, conocida como Maka, esa misma noche se produjo una disputa entre ambas. Rubio habría agredido a su prima y posteriormente alertado a la policía, alegando que había sido víctima de maltrato y retención contra su voluntad. A raíz de la denuncia, las autoridades detuvieron brevemente a Noelia y permitieron que Rubio permaneciera en la casa.

La situación derivó en una ocupación prolongada del inmueble por parte de la actriz, quien se negó a abandonarlo. Finalmente, tras nuevas intervenciones policiales, Rubio fue retirada de la vivienda y Noelia pudo regresar a su hogar. Según Maka, poco después del desalojo, la actriz experimentó una crisis emocional de gran intensidad, lo que motivó su traslado a una clínica especializada en salud mental.

Además de su carrera artística, Ana Luisa Rubio ha sido una figura activa en el activismo social, denunciando públicamente haber sido víctima de acoso y agresiones en su país natal, lo que marcó profundamente su vida personal. Personas cercanas han expresado preocupación por su estado actual, señalando que padece episodios de delirio de persecución y manifestaciones de inestabilidad emocional que se han intensificado en los últimos tiempos.

Este suceso ha generado un amplio eco entre miembros de la comunidad artística cubana en el exilio, muchos de los cuales han expresado solidaridad con la actriz y han recordado el impacto emocional que enfrentan quienes, como ella, han atravesado experiencias difíciles tanto dentro como fuera de su país. Para algunos, la historia de Rubio simboliza no solo los retos del desarraigo, sino también las secuelas emocionales que arrastran quienes han vivido situaciones de exclusión, vigilancia o violencia.

Ana Luisa Rubio permanece actualmente bajo supervisión médica, mientras sus allegados evalúan alternativas de cuidado a largo plazo. Su caso ha abierto nuevamente el debate sobre la atención a la salud mental en la comunidad migrante y el acompañamiento que requieren figuras públicas en situación de vulnerabilidad emocional.

Autor