Con flores, oraciones, anécdotas llenas de risas y el inconfundible eco del «Ave María», Miami despidió este domingo 23 de marzo a una de sus figuras más queridas del arte escénico: Danilo Domínguez, reconocido por generaciones como Mariloly. El acto de despedida tuvo lugar en la funeraria Caballero Rivero Sunset, donde familiares, colegas, admiradores y representantes de diversas comunidades se congregaron para rendir tributo a quien fuera una leyenda del transformismo y la comedia cubana en el exilio.
Danilo, conocido por su carisma desbordante, su humor fino y su inigualable presencia escénica, fue durante décadas un referente para la comunidad artística de la diáspora cubana en el sur de Florida. Bajo su personaje de Mariloly, encarnó mucho más que una figura del espectáculo: fue símbolo de resistencia cultural, de libertad creativa y de orgullo para la comunidad LGBTQ en tiempos en que la visibilidad era escasa y los espacios seguros eran aún más limitados.
Durante el servicio, el ambiente fue de profunda emoción, pero también de gratitud. Compañeros de escenario recordaron a Mariloly como una artista que trascendía el escenario y dejaba huella en quienes la conocían. “No solo hizo reír, también abrió puertas para muchos que vinieron después”, expresó un colega presente en el acto. Las muestras de afecto no se limitaron al mundo artístico. Representantes de organizaciones civiles y activistas por los derechos LGBTQ también participaron, destacando su legado como pionera en la representación diversa y auténtica de la comunidad.
Nacida del talento y la necesidad de expresarse libremente, la figura de Mariloly se convirtió en parte del imaginario cultural de Miami, ciudad que ha sido hogar de múltiples generaciones de cubanos exiliados. Su trayectoria coincidió con una época en la que el humor, la parodia y el transformismo funcionaban como válvulas de escape, pero también como potentes instrumentos de crítica social.
Aunque la pérdida de Danilo Domínguez deja un vacío notable en los escenarios y en los corazones de muchos, su legado artístico y humano seguirá vivo en cada risa provocada por sus personajes, en cada joven transformista que encuentre inspiración en su valentía, y en cada espectador que recuerde la alegría que supo sembrar.
La Reina de la Comedia Cubana en el Exilio descansa ahora, pero su arte y su memoria continúan iluminando a una comunidad que la celebrará siempre.