La filtración de un video grabado en un hospital de La Habana ha desatado un intenso debate sobre la ética profesional, la privacidad de los pacientes y el impacto de las redes sociales en la sociedad cubana. Como resultado, una técnica de electrocardiografía ha sido apartada de forma definitiva del sistema de salud, mientras las autoridades analizan posibles sanciones adicionales, incluida la inhabilitación para ejercer su profesión.
El caso, ocurrido en el Hospital Calixto García, ha puesto en evidencia las tensiones entre el avance de la tecnología, el uso de dispositivos móviles en espacios sensibles y la responsabilidad de quienes manejan información de alto impacto emocional. La grabación y posterior difusión de imágenes de un paciente fallecido –un artista reconocido en Cuba– han generado indignación en la opinión pública, que exige respuestas y medidas más estrictas para evitar situaciones similares en el futuro.
La ética en crisis: un caso que sacude al sector de la salud
El incidente salió a la luz cuando el video comenzó a circular en redes sociales, despertando rechazo en diferentes sectores de la sociedad. La rápida intervención de las autoridades sanitarias derivó en la creación de una comisión de investigación, la cual determinó que la responsable de la grabación actuó a espaldas de sus compañeros y en flagrante violación de la ética médica y el respeto a la privacidad de los pacientes.
En su testimonio inicial, la implicada negó su participación en los hechos. Sin embargo, en versiones posteriores, terminó por admitir que había realizado la grabación, aunque intentó minimizar su responsabilidad alegando que no fue ella quien difundió el contenido. Finalmente, las pruebas recogidas por la comisión y el testimonio de sus colegas confirmaron su culpabilidad.
Las autoridades del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) decidieron expulsarla del sector de manera definitiva, mientras que la Dirección Provincial de Salud en La Habana ha solicitado su inhabilitación profesional. En paralelo, se analiza la posible aplicación del Código Penal cubano, el cual contempla sanciones por la difusión no autorizada de imágenes y el uso indebido de las telecomunicaciones para afectar la integridad y el honor de terceros.