En un desarrollo reciente en el ámbito deportivo cubano, Annia Hernández Peñalver, entrenadora del equipo sub-12 de softbol femenino de Cuba, se separó de la delegación nacional y solicitó asilo político en Estados Unidos durante una parada técnica en el Aeropuerto Internacional de Miami. El incidente ocurrió este domingo, cuando el equipo tenía previsto continuar su viaje hacia Puerto Rico para participar en el Torneo Latinoamericano de Pequeñas Ligas 2024.
Hernández, tras su arribo al aeropuerto, se acercó a los oficiales del Departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de EE. UU. para formalizar su petición de asilo. Según reportes de fuentes locales, después de una entrevista inicial con las autoridades, la entrenadora fue puesta en libertad mientras se resuelve su situación migratoria.
Este suceso subraya la continua preocupación por la situación de los deportistas cubanos, quienes frecuentemente enfrentan dilemas personales y profesionales en el contexto de eventos internacionales. La decisión de Hernández destaca las dificultades y la presión que pueden influir en tales actos de deserción, especialmente en el deporte, donde los logros individuales y colectivos a menudo se ven ensombrecidos por desafíos estructurales y limitaciones de recursos.
El equipo de Hernández, originario del municipio de La Palma, había ganado recientemente el campeonato nacional de softbol femenino para menores de 12 años, lo que les valió la histórica clasificación al torneo regional en Puerto Rico. En el torneo, que se celebra en Guánica hasta el 13 de julio, Cuba competirá con equipos de México, Islas Vírgenes Estadounidenses y dos conjuntos de Puerto Rico. Las expectativas son altas para evaluar el desempeño del equipo cubano en ausencia de su entrenadora.
La partida de Hernández se suma a la larga lista de figuras deportivas cubanas que han optado por dejar sus delegaciones en busca de nuevas oportunidades en el extranjero, reflejando una tendencia preocupante que resalta las complejidades del deporte y la política en Cuba. Este fenómeno no solo cuestiona la estabilidad y el futuro del desarrollo deportivo en la isla, sino que también plantea interrogantes sobre las políticas de apoyo y gestión de talentos en el sector.
