Un juez en Pensilvania, Estados Unidos, ha revocado las condenas por asesinato de tres hombres que habían permanecido en prisión durante casi un cuarto de siglo. Según reporta Europa Press, esta decisión judicial representa un giro significativo en un caso que ha visto a los sentenciados, conocidos colectivamente como el ‘Trío Chester’, afirmar su inocencia durante más de dos décadas.
Derrick Chappell, Morton Johnson y Samuel Grasty, de 41, 44 y 47 años respectivamente, fueron condenados entre 2000 y 2001 por el asesinato en segundo grado de una mujer de 70 años ocurrido en 1997, además de enfrentar otros cargos. Desde su condena, han sido sentenciados a cadena perpetua, manteniendo constantemente su inocencia.
El año pasado, el trío solicitó la anulación de sus sentencias y la celebración de nuevos juicios, argumentando la existencia de nuevas evidencias de ADN que señalan a un perpetrador desconocido. A pesar de la decisión del juez de anular las condenas, los tres hombres permanecerán en prisión mientras se desarrolla el proceso de apelación.
La significativa decisión judicial ha sido bien recibida por los defensores y abogados de los condenados. Paul Casteleiro, abogado que representa a Grasty, expresó su satisfacción con la resolución: «Esta decisión significa mucho porque indica que el tribunal cree en la posibilidad de su absolución, reconociendo su inocencia. Esto es trascendental después de años de esfuerzos y rechazos».
Las defensas de Chappell, Johnson y Grasty han sido apoyadas por organizaciones sin ánimo de lucro enfocadas en exonerar a personas que, se cree, han sido injustamente condenadas. El caso contra ellos se sostuvo primordialmente en el testimonio de un testigo adolescente, Richard McElwee, quien en 1999 afirmó haber vigilado mientras los acusados cometían el robo que terminó en el asesinato de la anciana. McElwee, que entonces tenía 15 años, fue sentenciado a una pena de seis a doce años tras declararse culpable de asesinato en tercer grado y otros cargos, a cambio de su testimonio contra el trío.
Esta revocación de sentencias revive el debate sobre la fiabilidad de los testimonios y la necesidad de una revisión judicial profunda en casos donde las condenas pueden haberse basado en evidencias cuestionables o insuficientes.