CUBA — La seguridad vial en Cuba sigue siendo un tema crítico que requiere atención urgente. A lo largo de los últimos meses, el país ha sido testigo de un preocupante aumento en la accidentalidad vial, un fenómeno que no solo pone en riesgo vidas humanas, sino que también revela serias deficiencias en las políticas y prácticas de seguridad vial.
Uno de los factores más alarmantes es el elevado número de conductores que operan vehículos bajo la influencia del alcohol. Recientes informes indican que 199 conductores fueron detectados manejando en estado de ebriedad, y otros 73 se encontraban en un estado avanzado de embriaguez. Estos datos no solo evidencian una falta de responsabilidad individual, sino también una insuficiente aplicación de las leyes y regulaciones de tránsito por parte de las autoridades competentes.
Otro dato inquietante es que el 29% de los conductores implicados en accidentes no poseían licencia de conducción. Esta estadística refleja un grave fallo en el control y monitoreo de quienes están autorizados a conducir en las vías públicas, lo cual aumenta el riesgo de incidentes viales.
Además, las condiciones de las carreteras cubanas y la señalización son factores que contribuyen significativamente a la alta tasa de accidentes. Muchas carreteras están en mal estado, con baches y falta de mantenimiento, lo cual dificulta la conducción segura. La señalización es deficiente en muchos tramos, con señales de tráfico mal ubicadas, desgastadas o inexistentes, complicando aún más la tarea de los conductores.
La educación vial también juega un papel crucial. Programas educativos destinados a concienciar a los conductores sobre los peligros de conducir bajo la influencia del alcohol y la importancia de mantener una licencia válida pueden contribuir a una cultura de mayor responsabilidad en las carreteras.