Gazprom, la empresa estatal rusa de gas, ha detenido el tránsito de gas natural a Europa a través de Ucrania tras la expiración de los acuerdos de tránsito firmados en 2020, según reporta Europa Press. La medida, anunciada este miércoles, se debe a la negativa de Ucrania de prorrogar los contratos, lo que ha impedido a Gazprom continuar con el suministro mediante esta ruta.
«Debido a la negativa reiterada y explícita de la parte ucraniana para prorrogar estos acuerdos, Gazprom se vio privado de la oportunidad técnica y jurídica para suministrar gas para el tránsito a través del territorio de Ucrania a partir del 1 de enero de 2025», afirmó la empresa en un comunicado oficial.
Esta interrupción marca el fin de una relación tensa entre ambas partes que comenzó con la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014. Desde el inicio de la guerra en Ucrania en 2022, la Unión Europea ha trabajado para reducir su dependencia del gas ruso mediante contratos con países como Qatar y Estados Unidos, lo que ha permitido mantener la estabilidad en los precios energéticos, actualmente en torno a 48,50 euros por megavatio hora.
Impacto regional y económico
A pesar de los avances de Europa en diversificar sus fuentes de energía, la desconexión con Rusia ha encarecido los costos energéticos, afectando especialmente a industrias europeas clave como la alemana. Por otro lado, Ucrania enfrenta una pérdida de ingresos anuales de aproximadamente 800 millones de dólares en tarifas de tránsito, mientras que Gazprom dejará de percibir cerca de 5.000 millones de dólares en ventas de gas.
Moldavia, uno de los países más afectados por esta decisión, ha señalado que deberá reducir en un tercio su consumo de gas para mitigar los efectos de la medida.
La portavoz de la Comisión Europea, Anna-Kaisa Itkonen, destacó que «la infraestructura de gas europea es lo suficientemente flexible como para suministrar gas de origen no ruso a Europa central y oriental a través de rutas alternativas», señalando los avances en la importación de gas natural licuado desde 2022.
Mientras Europa continúa adaptándose a la desconexión con Rusia, las consecuencias de este corte reafirman la importancia de diversificar aún más las fuentes de energía en la región.