Las compañías de seguros han empezado a emplear tecnologías como drones, aviones y satélites para monitorear las propiedades de sus clientes, a menudo sin su conocimiento, lo que ha resultado en la no renovación de algunas pólizas basadas en las imágenes capturadas desde el aire. Este método de supervisión está generando preocupaciones entre los consumidores por la falta de transparencia y posibles invasiones de privacidad.
Jeremy Solterbeck, un cliente de largo plazo de SafeCo Insurance, experimentó la sorpresa de no tener su póliza renovada debido a una imagen aérea que la compañía interpretó como indicativa de problemas potenciales en su propiedad. «Están intentando demostrar que la presencia de suciedad es un indicativo de acumulación y secado de agua», explicó Solterbeck, quien se sintió desconcertado al ver la justificación de la aseguradora basada en una imagen borrosa.
En un caso similar en Virginia, Elizabeth Davis fue confrontada con una imagen de su techo que mostraba «decoloración y rayas», según su compañía de seguros. La opción que le dieron fue realizar reparaciones costosas o cambiar el techo por completo, lo que la llevó a cambiar de aseguradora.
Sean Kevelighan, del Instituto de Información de Seguros, defendió el uso de estas tecnologías, destacando que ayudan a las aseguradoras a detectar problemas no declarados como trampolines, escombros en el jardín o árboles en mal estado que podrían aumentar el riesgo de daños. «Las aseguradoras están utilizando tecnología e innovación para asegurarse de tener todas las variables posibles para una mejor suscripción», afirmó Kevelighan.
EagleView, una empresa que provee imágenes aéreas a aseguradoras, argumenta que su tecnología se emplea principalmente para verificar daños rápidamente tras una reclamación. Según Piers Dormeyer, CEO de EagleView, las imágenes obtenidas son fundamentales en las decisiones de las aseguradoras, ya sea para cancelar una póliza, aumentarla o incluso reducirla.
Ante estas prácticas, los defensores de los consumidores aconsejan que los clientes soliciten copias de las imágenes aéreas y que se les dé tiempo para corregir cualquier problema antes de que las aseguradoras tomen decisiones definitivas sobre las pólizas. Jeremy Solterbeck, por su parte, optó por pagar $500 por una inspección independiente que finalmente llevó a SafeCo a revertir su decisión inicial de no renovación, aunque la compañía no ha emitido comentarios al respecto.
Este enfoque tecnológico en el sector de seguros plantea un debate sobre la privacidad y la necesidad de establecer límites claros y consentimiento informado en el monitoreo de propiedades.