Shahawar Matin Siraj, quien fue condenado en 2007 a 30 años de prisión por conspirar para atacar una estación de metro en Manhattan, ha solicitado su liberación compasiva después de cumplir más del 75 % de su condena. Siraj fue acusado de planear el atentado bajo la influencia de un informante del Departamento de Policía de Nueva York, Osama Eldawoody, quien lo convenció de apoyar la idea de un ataque tras los atentados del 11 de septiembre.
El caso de Siraj es uno de muchos en los que se utilizaron informantes para detectar actividades terroristas, un enfoque que ha sido cuestionado por varios defensores de derechos humanos y organizaciones legales. Según sus abogados del programa CLEAR de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, Siraj, que tenía 21 años cuando conoció al informante, era vulnerable y susceptible a la manipulación, lo que lo llevó a involucrarse en el complot. A pesar de intentar retirarse de la conspiración, fue arrestado y condenado junto a su compañero James Elshafay, quien colaboró con las autoridades y recibió una condena mucho más corta.
En el juicio celebrado esta semana en la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Manhattan, los abogados de Siraj argumentaron que el tribunal no consideró de manera adecuada su juventud, sus esfuerzos de rehabilitación y sus limitaciones intelectuales al negar su liberación. Además, señalaron que durante su tiempo en prisión, Siraj ha demostrado una conducta ejemplar, incluso protegiendo a un funcionario de prisiones de un ataque.
El caso de Siraj es uno de los casi 1,000 relacionados con terrorismo procesados en Estados Unidos desde el 11 de septiembre, muchos de los cuales involucran informantes. Informes de organizaciones como Human Rights Watch han cuestionado estos métodos, sugiriendo que, en algunos casos, los informantes podrían haber empujado a individuos a participar en actividades terroristas que no habrían considerado de otra manera.
El resultado de la solicitud de liberación compasiva aún está por decidirse, mientras Siraj continúa cumpliendo su condena en prisión, donde ha pasado casi la mitad de su vida. Su familia, que ha sufrido el aislamiento social debido a los cargos de terrorismo, espera que esta apelación le brinde una segunda oportunidad fuera de la cárcel.