Un tiroteo en las primeras horas del sábado en el popular Martini Bar de CityPlace ha dejado un saldo devastador. George Castellanos, un joven guardia de seguridad que se encontraba en su puesto, fue víctima mortal de este acto de violencia.
Jeanina Castellanos, madre del fallecido, ha compartido con los medios su inmenso dolor ante la pérdida de su hijo, describiéndose a sí misma y a su familia como «totalmente destruidos». George, conocido por su dedicación tanto a su trabajo como a su familia, estaba próximo a graduarse de la FIU y era padre de una niña de dos años. “Era un hombre ejemplar”, afirmó su madre, destacando su rol como padre y su buen carácter.
El incidente tuvo origen en una disputa entre varios clientes del bar alrededor de las 3:30 a.m. Cuando Castellanos intentó intervenir, fue fatalmente herido por uno de los individuos involucrados. La rápida respuesta de los oficiales de policía de Doral al enfrentarse al atacante resultó en la muerte de este último y en heridas a siete personas, incluyendo un oficial. Dos de los heridos se encuentran en condición crítica.
Este evento ha llevado a la alcaldesa de Doral, Christi Fraga, a convocar una reunión especial para discutir regulaciones adicionales sobre los horarios de operación de los centros nocturnos, buscando medidas que aseguren la seguridad de la comunidad. “Nuestro objetivo es mantener nuestra ciudad como un lugar seguro para todos”, expresó Fraga.
La policía de Miami-Dade continúa con la investigación, recopilando evidencia y testimonios que ayuden a esclarecer los detalles del tiroteo. Los dueños del Martini Bar, por su parte, han expresado su conmoción y dolor por los acontecimientos, reiterando su compromiso con la seguridad de empleados, clientes y la comunidad en general. “Este acto de violencia sin sentido ha sacudido a todos nosotros”, señalaron en un comunicado, asegurando su cooperación con las autoridades y su esfuerzo por brindar apoyo a los afectados.
Este trágico incidente no solo ha cobrado la vida de un joven prometedor sino que también ha dejado una profunda herida en la comunidad de Doral, un recordatorio doloroso de la urgencia de fortalecer las medidas de seguridad y prevención en todos los espacios públicos.
