Un potente sistema de tormentas ha dejado un saldo trágico en los estados de Kentucky y Georgia, con al menos nueve personas fallecidas y miles de damnificados. Las intensas lluvias provocaron inundaciones generalizadas, obligando a rescates masivos y dejando sin electricidad a cientos de miles de hogares.
El estado más golpeado ha sido Kentucky, donde se reportaron ocho víctimas mortales, según confirmó el gobernador Andy Beshear. En Georgia, otra persona perdió la vida debido a los estragos del temporal. Las autoridades han advertido que la situación sigue siendo peligrosa, con cientos de carreteras intransitables y comunidades aisladas por el agua.
Inundaciones y evacuaciones masivas
Los servicios de emergencia han llevado a cabo más de un millar de rescates en las últimas 24 horas en Kentucky, un estado que aún recuerda las devastadoras inundaciones de 2022, en las que murieron 43 personas. El gobernador Beshear instó a la población a extremar precauciones y evitar desplazamientos innecesarios. «El impacto de esta tormenta es histórico. Necesitamos que los ciudadanos se mantengan en alerta», expresó en un comunicado.
Las precipitaciones torrenciales han desencadenado deslizamientos de tierra en el este de Kentucky, mientras que en el oeste se han registrado graves anegaciones. En Tennessee, una residencia para adultos mayores con 52 residentes tuvo que ser evacuada en Red Boiling Springs debido a la rápida subida del agua, informaron los Servicios Médicos del Condado de Macon.
Miles de hogares sin electricidad y estado de emergencia declarado
La tormenta ha dejado sin suministro eléctrico a más de 500.000 clientes en el sureste de Estados Unidos. Georgia es el estado con más afectados, con 265.000 abonados sin luz, seguido de Alabama con 183.000, Mississippi con 64.000 y Luisiana con 20.000. En Kentucky, Tennessee y Virginia, unos 60.000 hogares permanecen sin electricidad, según datos de PowerOutage.us.
En respuesta a la magnitud del desastre, el gobernador Beshear declaró el estado de emergencia el viernes, lo que ha permitido movilizar recursos adicionales para atender a los damnificados. Además, el presidente Donald Trump ha aprobado la declaración de desastre federal, facilitando el envío de fondos y asistencia a las zonas más afectadas.
Un impacto duradero en la región
Los expertos advierten que la recuperación será compleja y que el riesgo de más tormentas sigue latente en la región. La combinación de infraestructura debilitada y un terreno saturado de agua aumenta la posibilidad de nuevos deslizamientos e inundaciones. Mientras los equipos de emergencia trabajan sin descanso, la prioridad sigue siendo garantizar la seguridad de la población y restablecer los servicios básicos lo antes posible.