El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) informó que tres hombres fueron acusados de abrir fuego en medio de un partido infantil de béisbol en la ciudad de Katy, Texas, un incidente que ha generado indignación y reavivado el debate sobre la política migratoria del país.
Los acusados fueron identificados como Mustafa Mohammad Matalgah, de origen jordano y convertido en ciudadano estadounidense durante la administración Biden; Ahmad Mawed, de nacionalidad libanesa y residente permanente bajo el mismo gobierno; y Mahmood Abdelsalam Rababah, cuya situación migratoria no ha sido detallada.
De acuerdo con las autoridades, los tres sospechosos abrieron fuego durante una oración previa al juego, hiriendo al entrenador del equipo, quien ya fue dado de alta tras recibir atención médica.
La subsecretaria Tricia McLaughlin calificó el ataque como “puro mal” y cuestionó duramente la gestión de la Casa Blanca en materia migratoria, al señalar que no se habrían aplicado los filtros adecuados para admitir a personas procedentes de países considerados de alto riesgo. “En algunos casos, incluso se les otorgó ciudadanía”, denunció.
El incidente ocurre en un momento en que el presidente Donald Trump mantiene en el centro de su agenda la seguridad nacional y el endurecimiento de las políticas de inmigración, presentando este tipo de hechos como evidencia de la necesidad de mayor control en las admisiones al país.
El caso seguirá su curso en los tribunales, mientras en la opinión pública crece la polémica sobre el equilibrio entre seguridad nacional y política migratoria, un tema que polariza cada vez más el debate político estadounidense.
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