El gobernador de Texas, Greg Abbott, instruyó al Departamento de Seguridad Pública a localizar y devolver a la Cámara de Representantes estatal a un grupo de legisladores demócratas que abandonaron el estado para impedir una votación. La medida legislativa en discusión busca rediseñar el mapa electoral, lo que, según sus críticos, favorecería al Partido Republicano.
Abbott afirmó que la ausencia de estos legisladores ha frenado iniciativas consideradas prioritarias por su administración, entre ellas un plan de ayuda a comunidades afectadas por inundaciones y propuestas de reducción del impuesto predial. El gobernador calificó la salida de los diputados como un incumplimiento de sus funciones.
Por ahora, no está claro si la orden de arresto podría aplicarse fuera de las fronteras de Texas, lo que deja en suspenso la capacidad legal de ejecutar la instrucción en otros estados.
Estrategia política y consecuencias
La Cámara de Representantes, controlada por el Partido Republicano, no logró reunir el número mínimo de legisladores necesario para sesionar. Los demócratas argumentan que Abbott está intentando ejercer una autoridad que excede sus atribuciones y acusan al gobernador de recurrir a tácticas de presión política.
Implicaciones más allá de Texas
La disputa se desarrolla en un contexto en el que el expresidente Donald Trump ha expresado su interés en que el nuevo mapa electoral de Texas permita sumar hasta cinco escaños federales de tendencia republicana antes de las elecciones legislativas de 2026. Actualmente, el Partido Republicano ocupa 25 de los 38 escaños que corresponden al estado en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
La confrontación entre ambos partidos en Texas se ha convertido en un nuevo episodio de la pugna nacional por el control de los distritos electorales, un debate que enfrenta consideraciones políticas, legales y de equilibrio de poderes entre gobiernos estatales y federal.
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