Personas en aeropuerto con equipaje envuelto.

Tensión en el Aeropuerto de Miami por el uso de servicio de “rapeado” de maletas: denuncian presiones indebidas a pasajeros

Una controversia ha estallado en el Aeropuerto Internacional de Miami luego de que se viralizara en redes sociales un video donde varios pasajeros denuncian haber sido presionados por personal del condado para utilizar de forma obligatoria el servicio de envoltura de equipaje, conocido popularmente como “rapeado”. El material audiovisual, difundido originalmente por el canal independiente EYIFE TV, muestra un enfrentamiento verbal entre viajeros y trabajadores del aeropuerto, que ha desatado un amplio debate sobre los límites del control aeroportuario y los derechos de los consumidores.

En la grabación, de poco más de dos minutos de duración, se observa cómo una mujer, visiblemente molesta, cuestiona a los empleados del aeropuerto y graba con su teléfono móvil todo el intercambio. “Esto es una falacia y es ilegal”, afirma, asegurando que ha consultado con un abogado y que en ningún momento existe normativa alguna que obligue a utilizar el servicio de envoltura plástica para maletas. La usuaria también señala que no hay carteles visibles en el aeropuerto que prohíban o limiten este tipo de acción, y que las máquinas para rapear siguen activas y accesibles al público.

“Todo el mundo tiene su maleta rapeada. Si no se puede, quiten las máquinas y pongan un letrero claro”, expresa en el video, aludiendo a una supuesta arbitrariedad por parte de quienes, según ella, están intentando restringir el uso libre del servicio o imponer condiciones para su utilización.

En un momento del intercambio, la pasajera reclama que pagó por su estacionamiento en el aeropuerto y que está exigiendo su derecho como ciudadana y consumidora. Alude a una posible relación comercial entre los operadores del servicio de rapeado y miembros del personal del condado, insinuando un interés económico en forzar el pago por ese servicio: “Que el cubano tenga las máquinas de rapeo y le pague un porciento a usted del condado, está bien. Pero él no puede exigir que nosotros rapeemos maletas”, afirma.

Lo que inicialmente pudo haber parecido un incidente aislado ha generado una ola de reacciones en plataformas digitales. Varios usuarios han compartido sus propias experiencias y reclamos, alegando haber enfrentado situaciones similares dentro del aeropuerto de Miami. Aunque hasta el momento no se ha confirmado si existen directrices oficiales que regulen o limiten el rapeado de equipaje en determinadas áreas, el hecho ha suscitado cuestionamientos sobre la transparencia y legalidad en la prestación de servicios complementarios dentro de instalaciones públicas.

EYIFE TV, el medio que difundió el video, ha seguido recabando testimonios de otros viajeros que se suman a la denuncia. Según su cobertura, el problema no radica en el servicio en sí, sino en la aparente imposición de condiciones por parte de personal que, según los usuarios, no tiene autoridad legal para prohibir o condicionar su uso.

Hasta el momento, ni la administración del Aeropuerto Internacional de Miami ni las autoridades del condado de Miami-Dade han emitido un comunicado formal sobre lo ocurrido. Tampoco se ha clarificado si existen nuevas disposiciones internas respecto al envoltorio de maletas o si se trató de una actuación individual por parte de uno o varios empleados sin respaldo normativo.

El Aeropuerto de Miami, uno de los más transitados del país y punto clave de conexión con América Latina, ha sido escenario de incidentes similares en el pasado, donde la gestión de servicios tercerizados genera fricciones con los usuarios. La falta de comunicación clara sobre políticas de servicio, combinada con la presión de operadores privados, ha contribuido a la percepción de arbitrariedad entre los viajeros.

Expertos en derechos del consumidor han señalado la importancia de establecer una regulación clara y visible para los servicios ofrecidos dentro de los aeropuertos. “Cuando un servicio es opcional, debe ser tratado como tal. Si no hay normativa expresa que lo impida, ningún empleado puede imponer su uso, y mucho menos condicionar el acceso de los pasajeros a otras áreas del aeropuerto”, explica un abogado especializado en transporte aéreo consultado por este medio.

En un contexto donde miles de pasajeros —en su mayoría latinoamericanos— transitan a diario por las terminales de Miami, garantizar la transparencia en los servicios y el respeto a los derechos del viajero es un imperativo. Mientras crece el malestar entre algunos usuarios, la atención ahora se centra en si las autoridades aeroportuarias ofrecerán respuestas contundentes o permitirán que la incertidumbre siga deteriorando la confianza del público.

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