Revelaciones confidenciales: El fraude electoral en Venezuela , «Operación Retaguardia»

En un giro dramático de los eventos recientes en Venezuela, fuentes confidenciales han revelado detalles cruciales sobre las complejas negociaciones internacionales que se están llevando a cabo tras bambalinas, en medio de la creciente crisis provocada por el presunto fraude electoral del 28 de julio de 2024. A pesar de la declaración oficial que otorgó la victoria a Nicolás Maduro, múltiples informes de la oposición y observadores independientes señalan que los resultados fueron manipulados para favorecer al actual mandatario. Este fraude ha desencadenado no solo una ola de protestas internas sino también una serie de movimientos diplomáticos secretos que involucran a varios gobiernos y organizaciones internacionales.

Según información obtenida de fuentes cercanas a las negociaciones, se ha establecido un canal de comunicación clandestino entre altos funcionarios del gobierno venezolano y representantes de países clave como Brasil, Colombia, y Estados Unidos. Estas conversaciones, que se llevan a cabo fuera del ojo público y bajo estrictas medidas de seguridad, tienen como objetivo explorar una transición de poder que permita evitar un colapso total del país y una escalada de la violencia. Una de las propuestas más discutidas es la creación de un gobierno de transición que incluiría a miembros moderados del régimen actual y a figuras de la oposición, bajo la supervisión de un comité internacional.

No obstante, estas negociaciones se encuentran en un punto crítico, pues se ha filtrado que algunos sectores del régimen de Maduro, liderados por figuras como Diosdado Cabello, están preparando un plan de contingencia para desestabilizar cualquier intento de transición que no garantice la inmunidad total para los líderes del PSUV y sus aliados. Este plan, conocido internamente como «Operación Retaguardia», incluiría el despliegue de milicias leales y la movilización de recursos económicos en el extranjero para mantener el control, incluso si el gobierno central pierde poder en Caracas.

Adicionalmente, se ha informado que la comunidad internacional está considerando imponer un paquete de sanciones mucho más severo si el régimen se rehúsa a negociar. Entre estas medidas se incluiría el congelamiento completo de activos venezolanos en el extranjero, la interrupción de importaciones críticas, y la ampliación del cerco diplomático. Sin embargo, existe preocupación de que estas acciones puedan agravar la crisis humanitaria y desencadenar una oleada masiva de migración hacia países vecinos, lo que pone en jaque la estabilidad regional.

Por otro lado, se han detectado movimientos inusuales de capitales y activos pertenecientes a altos funcionarios venezolanos hacia paraísos fiscales, lo que sugiere que algunos en el círculo cercano de Maduro podrían estar preparándose para un eventual colapso del régimen. Estas transacciones, monitoreadas por agencias internacionales de inteligencia financiera, son vistas como un indicio de que ciertos elementos dentro del gobierno no confían en la viabilidad a largo plazo del mandato de Maduro, a pesar de la retórica oficial.

En este contexto, la situación en Venezuela se vuelve cada vez más impredecible, con la posibilidad de un estallido social generalizado si las negociaciones fracasan o si el régimen opta por una represión aún más brutal. La comunidad internacional observa con atención, consciente de que cualquier desenlace tendrá repercusiones significativas en toda la región​.

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