Una simple parada de tráfico en Coral Gables permitió descubrir una operación de tráfico humano que utilizaba la ciudad como punto de entrada para migrantes chinos que llegaban por mar. Las cámaras corporales de los oficiales captaron a varias personas escondidas en una furgoneta, muchas de ellas sin hablar inglés y en evidente estado de desorientación.
Once días después, otro incidente similar repitió el patrón: otra van, más migrantes ocultos y un conductor que alegó trabajar para Uber. Según las autoridades, casi 50 personas fueron detenidas en ambos operativos, mientras que otras 20 lograron escapar, según registros de cámaras de vigilancia.
El jefe de la policía confirmó que en solo dos semanas se produjeron dos desembarcos ilegales en la zona. “Antes eran narcóticos, ahora son personas”, declaró, aludiendo a cómo el tráfico humano ha reemplazado las rutas usadas por los narcotraficantes en los años 80 y 90.
Hasta el momento, cinco personas han sido arrestadas por su implicación, incluidos tres hombres cubanos. La investigación continúa, y se advierte que aún no se conoce con certeza la identidad ni el propósito de ingreso de varios de los migrantes.
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