La problemática de los robos de equipaje en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana continúa generando preocupación entre los viajeros, pese a los esfuerzos anunciados por las autoridades para reforzar la seguridad. Recientes detenciones de empleados implicados en robos no han logrado disipar las inquietudes de los usuarios, quienes relatan experiencias negativas y pérdidas significativas.
En diciembre pasado, la policía cubana detuvo a dos trabajadores del aeropuerto acusados de sustraer objetos de las maletas de los pasajeros. Estos incidentes no son aislados, con reportes de robos similares que se remontan a varios años atrás, destacando una continua vulnerabilidad en la seguridad de las instalaciones.
Además, la Aduana de Cuba ha sido objeto de críticas por parte de la comunidad debido a la percepción de corrupción y malas prácticas. Algunos viajeros describen la situación como intolerable, con acusaciones directas hacia los empleados de la aduana de comportamientos que incluyen la apertura y robo de contenido de las maletas.
A pesar de los problemas señalados, el aeropuerto ha intentado mejorar la seguridad del manejo de equipajes. Recientemente, se ha promovido el uso de servicios como el retractilado de equipajes, una medida que busca proteger las pertenencias de los viajeros mediante el sellado de maletas con nylon especial para evitar manipulaciones indebidas.
Los usuarios afectados y observadores continúan exigiendo medidas más efectivas y transparentes, esperando que las acciones futuras puedan finalmente restaurar la confianza en los servicios del Aeropuerto Internacional José Martí. La situación plantea un desafío significativo para las autoridades aeroportuarias, que deben equilibrar la eficiencia operativa con la seguridad y satisfacción del pasajero.