Perro tumbado en pista de aeropuerto con aviones.

Palma: La conmovedora historia del pastor alemán abandonado en un aeropuerto que cautivó a la Unión Soviética

En el aeropuerto Vnukovo de Moscú, entre 1974 y 1976, se escribió un emotivo capítulo sobre la lealtad animal, protagonizado por un pastor alemán llamado Palma. Su historia comenzó un día ordinario cuando un vuelo con destino a Norilsk estaba a punto de despegar. Un pasajero, acompañado por su perro, se disponía a abordar el avión Il-18, pero a pesar de haber comprado un billete especial para su mascota, se le impidió subir debido a que carecía del certificado veterinario obligatorio. Sin más opciones aparentes, el dueño abrazó a Palma, le retiró el collar y partió hacia Norilsk sin mirar atrás.

Palma, desconcertada y angustiada, quedó vagando por la pista durante algunos minutos, buscando infructuosamente a su dueño. Al darse cuenta de su ausencia, corrió desesperadamente detrás del avión, persiguiendo el sonido atronador de los motores hasta quedar exhausta en medio del calor abrasador que emanaba la aeronave al despegar. Desde aquel día, la perra hizo del aeropuerto su hogar temporal, esperando cada jornada pacientemente junto a la escalera de embarque, con la esperanza de reencontrarse con su amo en alguno de los vuelos entrantes.

La conmovedora perseverancia de Palma no pasó inadvertida. Pronto encontró refugio bajo la modesta caravana de unos trabajadores del aeropuerto, quienes ocasionalmente la cuidaban. Su historia se hizo pública gracias al periódico soviético «Komsomólskaya Pravda», generando una oleada de empatía en toda la Unión Soviética. A pesar de la popularidad alcanzada, su antiguo dueño nunca volvió a buscarla; desde Norilsk, apenas envió un escueto mensaje al piloto Viacheslav Aleksándrovich Valentei, revelando que Palma había sido rechazada por un problema ocular, y dejando claro que ya no tenía intención de recuperarla.

Frente a la resonancia que tuvo su caso, decenas de personas ofrecieron adoptar a Palma, pero finalmente fue acogida en Kiev por Vera Kotliarevskaya, una profesora del instituto pedagógico local. En este nuevo hogar, Palma encontró finalmente la estabilidad y afecto que tanto había esperado. Kotliarevskaya, profundamente impresionada por el carácter dócil y afectuoso de la perra, plasmó en sus diarios personales la nobleza y equilibrio emocional de Palma. Particularmente emotiva fue su descripción del momento en que Palma conoció a su hija: «Se acercó con delicadeza hasta mi hija dormida, le lamió suavemente la mejilla y tomó tiernamente su oreja con los dientes, en un gesto lleno de dulzura y confianza.»

La extraordinaria fidelidad de Palma trascendió su tiempo, inspirando en 1988 la película soviética «Atada a la pista de despegue», que retrató esta conmovedora narrativa de abandono y redención, convirtiendo a la perra en símbolo nacional de fidelidad y paciencia.

Hoy, décadas después, la historia de Palma continúa siendo un recordatorio impactante y necesario sobre la responsabilidad que conlleva la amistad entre humanos y animales, y la profunda nobleza de quienes, como Palma, permanecen fieles a pesar del abandono y la indiferencia.

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