La reciente cobertura mediática de la guerra en Gaza vuelve a poner sobre la mesa un tema incómodo: ¿quiénes son en realidad muchos de los llamados “periodistas” que operan en la Franja? El pasado lunes, varias agencias internacionales reportaron la muerte de cinco reporteros en un ataque israelí contra un hospital en Khan Yunis. La reacción inmediata fue acusar a Israel de agredir a la prensa. Sin embargo, investigaciones y testimonios independientes apuntan a otra realidad: en Gaza no existe periodismo independiente, sino una red de operativos de Hamas con credenciales de prensa.
Tal como expone Pesach Wolicki en The Jerusalem Post (31 de agosto de 2025), casos recientes demuestran que varias de estas figuras no eran simples cronistas, sino integrantes activos o colaboradores del aparato de Hamas. Por ejemplo, Mohammed Salama, vinculado a Al Jazeera, habría participado directamente en la invasión del 7 de octubre en territorio israelí. Del mismo modo, se han identificado supuestos reporteros que en redes sociales celebraron las masacres, aparecieron armados en fotografías o fueron homenajeados como “muyahidines” tras su muerte.
Los testimonios recogidos por el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), que difícilmente puede ser acusado de parcialidad proisraelí, también describen amenazas, agresiones y censura sistemática contra aquellos comunicadores que intentaron cubrir protestas o hechos críticos del régimen de Hamas. En muchos casos, los reporteros fueron golpeados o silenciados, mientras que las historias incómodas simplemente nunca vieron la luz.
La manipulación no se limita al ámbito local. Wolicki recuerda cómo, en ocasiones anteriores, Hamas ha impuesto sus condiciones incluso a medios internacionales, llegando a influir en decisiones editoriales de agencias como Associated Press. Esto explica por qué tantas narrativas provenientes de Gaza coinciden con los intereses del grupo islamista y se difunden en Occidente sin cuestionamientos suficientes.
En este contexto, las críticas contra Israel por la muerte de supuestos periodistas deben ser analizadas con cautela. El propio ejército israelí ha insistido en que el hospital de Khan Yunis era utilizado como infraestructura militar por Hamas, lo que lo convertía en un objetivo legítimo. “Cualquier víctima en ese escenario es responsabilidad de Hamas, que incrusta a sus combatientes entre civiles”, sostiene Wolicki en su artículo.
La confusión deliberada entre prensa y militancia armada no solo distorsiona la percepción internacional del conflicto, sino que también debilita la verdadera causa de la libertad de expresión. En Gaza, la información está bajo control absoluto de Hamas, y la comunidad internacional debería reconocerlo para no convertirse, inadvertidamente, en cómplice de la maquinaria propagandística del grupo.
Fuente: Pesach Wolicki, The Jerusalem Post (31/08/2025)
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