La ciudad de Miami celebra este martes la segunda vuelta de sus elecciones municipales, un proceso que ha captado especial atención política debido a la posibilidad de que, por primera vez en más de 30 años, la alcaldía vuelva a quedar en manos del Partido Demócrata. La contienda enfrenta a Eileen Higgins, excomisionada del condado Miami-Dade, y a Emilio González, exadministrador municipal y figura conocida del ámbito político local.
Higgins llega a la jornada electoral con un discurso centrado en la gestión práctica y en lo que define como una política basada en resultados. Su campaña ha puesto énfasis en vivienda asequible, fortalecimiento de pequeños negocios y mejora del transporte público, áreas que, según ha reiterado, requieren respuestas inmediatas ante el crecimiento urbano acelerado y el aumento del costo de vida en la ciudad.
Con más de una década de experiencia en el sector público, Higgins ha desarrollado una trayectoria que combina funciones diplomáticas y administrativas. Antes de su etapa como comisionada del Distrito 5, ocupó cargos en el Departamento de Estado de Estados Unidos y en el Cuerpo de Paz, con misiones en América Latina y África. En el ámbito local, representó zonas diversas como Little Havana, Downtown Miami, Shenandoah y Miami Beach, lo que ha sido un eje central de su mensaje de inclusión y gobernanza municipal.
Durante su gestión en el condado, Higgins impulsó programas vinculados a la creación de viviendas asequibles, canalizó fondos para pequeñas empresas y defendió políticas de movilidad urbana orientadas a reducir desigualdades territoriales. En debates recientes, sostuvo que la crisis habitacional y el transporte no pueden abordarse de manera aislada, al considerarlos elementos interdependientes del desarrollo urbano.
La elección también se produce en un contexto político relevante para la ciudad. Miami, históricamente gobernada por alcaldes afiliados o cercanos al Partido Republicano, no elige a un alcalde demócrata desde principios de la década de 1990. Un triunfo de Higgins marcaría, por tanto, un cambio significativo en el equilibrio político local, aunque analistas señalan que el resultado dependerá en gran medida de la participación electoral y del comportamiento del voto independiente.
Por su parte, Emilio González ha centrado su campaña en la experiencia administrativa y en la gestión de servicios municipales, presentándose como una opción de continuidad institucional. La contienda se ha mantenido cerrada hasta el último momento, reflejando una ciudad diversa y políticamente heterogénea.
Más allá de las afiliaciones partidistas, lo que se define en las urnas es el rumbo de Miami frente a desafíos estructurales como el acceso a la vivienda, la presión inmobiliaria, la movilidad urbana, el cambio climático y la relación entre el gobierno municipal y una población mayoritariamente hispana e inmigrante.
Los centros de votación permanecen abiertos durante toda la jornada, y se espera que los resultados comiencen a conocerse en horas de la noche. El desenlace podría redefinir no solo la administración local, sino también el mapa político de una de las ciudades más influyentes del sur de Florida.
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