Según informes de CNN, María Elvira Salazar, congresista cubanoamericana, se perfila como una posible candidata a la vicepresidencia en la fórmula electoral de Donald Trump para las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos. Salazar, conocida por su trayectoria como periodista en Univision y Telemundo antes de su elección al Congreso en 2020, ha sido vista frecuentemente en interacciones con Trump en su propiedad de Mar-a-Lago.
Durante su juicio en Nueva York, Salazar defendió públicamente a Trump, comparando su situación legal con persecuciones políticas que, según ella, también enfrentan muchos de sus electores de origen cubano y venezolano en Miami. «Estoy aquí por voluntad propia, no busco un empleo y he financiado mi propio viaje para estar aquí», declaró Salazar, resaltando la preocupación de sus electores ante el uso político de la justicia.
A pesar de su apoyo a Trump y la creciente presión de voces influyentes dentro del Partido Republicano para seleccionar un vicepresidente de origen hispano, un análisis interno de nuestro periódico sugiere que su candidatura podría enfrentar obstáculos constitucionales significativos. El principal problema radica en que tanto Salazar como Trump son residentes de Florida. Según el Artículo II de la Constitución, los electores no pueden votar por un presidente y un vicepresidente del mismo estado, lo que plantea una barrera legal a su posible nominación.
Aunque algunos analistas comparan la situación con la improbable candidatura presidencial de Barack Obama en 2008, quien tenía menos experiencia y aún así logró la presidencia, la cuestión de la residencia es un desafío único que podría complicar la viabilidad de Salazar como compañera de fórmula. Trump ha considerado otros nombres como el del gobernador Doug Burgum de Dakota del Norte y el senador Tim Scott de Carolina del Sur, quienes no enfrentan el mismo impedimento constitucional.
La elección final sobre quién acompañará a Trump en la boleta se espera para la Convención Nacional Republicana en Milwaukee este julio. Mientras tanto, el debate continúa sobre si la candidatura de Salazar podría ser más simbólica que práctica, dadas las restricciones legales y la importancia estratégica de elegir un candidato vicepresidencial que maximice las oportunidades electorales sin infringir la ley.
