Desde el domingo, cientos de venezolanos han protestado en varias ciudades en respuesta a los resultados electorales recientemente anunciados, que según reporta Europa Press, muestran una reelección del presidente Nicolás Maduro con poco más del 51% de los votos. Las manifestaciones han escalado hasta el punto de derribar estatuas del expresidente Hugo Chávez, en un claro gesto de rechazo hacia el actual gobierno.
En diversos estados como La Guaira y Carabobo, cercanos a Caracas, se han registrado momentos significativos donde grupos de manifestantes han derribado estatuas del líder chavista. Estas acciones han sido ampliamente difundidas a través de redes sociales y medios de comunicación de la oposición. El presidente Maduro ha confirmado estos sucesos, sugiriendo incluso que podría haber una injerencia extranjera, específicamente de los Estados Unidos, en estos actos de protesta.
Durante un discurso televisado, Maduro lamentó los ataques contra las estatuas, particularmente la de la plaza Bolívar-Chávez en La Guaira, que describió como icónica. El mandatario comparó estos eventos con lo que él denomina «revoluciones de colores», en referencia a movimientos populares en otras naciones que han resultado en cambios de régimen.
Además, el presidente venezolano advirtió que estos actos de vandalismo podrían ser indicativos de lo que sucedería si la oposición llegara al poder, mencionando la gestión anterior de Henry Ramos Allup, quien también retiró imágenes y símbolos del chavismo.
Las elecciones del domingo siguen siendo un tema de controversia tanto a nivel nacional como internacional. Mientras que el gobierno insiste en la validez de los resultados, una parte considerable de la comunidad internacional y la oposición, liderada por Edmundo González, han expresado dudas sobre la legitimidad del proceso electoral y reclaman una victoria con alrededor del 70% de los votos para González.