El gobernador de Luisiana, Jeff Landry, ha firmado una nueva ley que obliga a todas las escuelas públicas del estado, desde la educación primaria hasta la universitaria, a exhibir los Diez Mandamientos en las aulas. Esta medida, que ha sido aprobada por el gobernador republicano, especifica que cada copia de los Diez Mandamientos debe medir al menos 28 por 35 centímetros.
La Unión Estadounidense para las Libertades Civiles (ACLU) de Luisiana ha expresado su oposición a esta ley, anunciando su intención de presentar una demanda por considerar que la medida infringe la libertad religiosa. En un comunicado conjunto con otras organizaciones, la ACLU ha declarado: «Nuestras escuelas públicas no son escuelas dominicales y los estudiantes de todas las religiones, o aquellos que no profesan ninguna fe, deberían sentirse bienvenidos en ellas».
Esta nueva legislación ha generado un debate considerable sobre los límites entre la religión y la educación estatal, y sobre cómo se debe manejar la inclusión de elementos religiosos en entornos educativos públicos. La posible demanda de la ACLU podría marcar un precedente importante en la interpretación de la separación entre la iglesia y el estado en los Estados Unidos.