Luis Posada Carriles: el historial detrás del atentado de Barbados

Casi medio siglo después de la tragedia aérea que el 6 de octubre de 1976 segó la vida de 73 personas frente a las costas de Barbados, el caso del vuelo CU-455 de Cubana de Aviación continúa generando debate. Sin embargo, los documentos judiciales, los testimonios y las investigaciones internacionales coinciden en un punto esencial: Luis Posada Carriles y Orlando Bosch tuvieron vínculos directos con la red que organizó el atentado.

Según reporta la Agencia EFE y los archivos desclasificados del FBI y la CIA, Posada Carriles, entonces exagente de la inteligencia venezolana (DISIP) y colaborador de la CIA, financió y coordinó desde Caracas operaciones encubiertas contra el Gobierno cubano, incluyendo sabotajes a embajadas, buques y oficinas de turismo.

Los autores materiales de la explosión, Hernán Ricardo y Freddy Lugo, empleados de la agencia de seguridad de Posada en Venezuela, fueron arrestados tras confesar que colocaron los explosivos en el avión bajo sus órdenes. En los registros del proceso judicial venezolano consta una frase clave atribuida a Ricardo Morales Navarrete, alias “El Mono”, quien nunca fue inculpado en el caso: “Posada está detrás de todo”.

Las investigaciones oficiales de Barbados, Trinidad y Tobago, Venezuela y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) descartaron la hipótesis de que el atentado hubiera sido una operación del propio gobierno cubano. No existe ningún documento verificable ni testimonio oficial que avale esa teoría.

Por el contrario, en cables desclasificados del Departamento de Estado de Estados Unidos, fechados entre 1976 y 1977, se reconoce la preocupación de Washington por el apoyo logístico que recibían los grupos anticastristas en Miami. Un informe del FBI de 1976 calificó a Posada Carriles como “el autor intelectual más probable” del atentado.

Luis Posada Carriles fue detenido en Venezuela en 1976 y permaneció preso hasta 1985, cuando escapó de la cárcel de San Juan de los Morros antes de ser condenado definitivamente. Posteriormente, participó en operaciones armadas en América Central, incluyendo el suministro de armas a la contra nicaragüense y un plan fallido para asesinar a Fidel Castro en Panamá en el año 2000, por el que fue condenado y luego indultado.

Aunque Posada siempre negó su responsabilidad en el atentado de Barbados, su propio testimonio recogido por The New York Times en 1998 lo vinculó con campañas de bombas en hoteles de La Habana en los años 90, que causaron la muerte del turista italiano Fabio di Celmo. “Dormir en paz es imposible cuando tienes un régimen enemigo tan cerca”, declaró entonces, justificando sus acciones.

El gobierno estadounidense nunca lo extraditó a Venezuela ni a Cuba, pese a las peticiones formales de ambos países. Posada murió en 2018 en Miami, sin haber sido juzgado por el atentado.

A casi 50 años, las pruebas disponibles en archivos oficiales y sentencias judiciales internacionales siguen señalando que el vuelo CU-455 fue víctima de un acto terrorista planificado desde el exterior de Cuba, y que sus autores materiales y coordinadores pertenecían a redes de militantes anticastristas activos en Venezuela y Miami.

Ninguna versión alternativa ha podido presentar evidencias verificables que desmonten esa conclusión.

CubaHerald reitera que todo acto de terrorismo, independientemente de su origen o motivación política, es condenable y constituye una afrenta a las normas internacionales, a la memoria de las víctimas.

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