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La genealogía de QAnon: De los anuncios clasificados a las teorías conspirativas

Según reporta The Intercept, QAnon no emergió de la nada. Este movimiento se alimentó de un pánico moral que ha permeado la política estadounidense durante años, con raíces que se extienden hasta los anuncios de sexo en la internet y el infame caso de Backpage.com.

Durante décadas, Estados Unidos ha experimentado oleadas de pánico moral. Desde el temor a la infiltración soviética durante la Guerra Fría hasta la creencia en rituales satánicos en los años 80. Más recientemente, el foco se ha centrado en el tráfico sexual, con políticos de ambos partidos políticos explotando estas preocupaciones a veces sin base sólida.

Backpage.com, un sitio de clasificados que se hizo famoso por sus anuncios para adultos, se convirtió en el epicentro de la última oleada de pánico moral. Originalmente, estos anuncios se alojaban en periódicos alternativos, pero con el tiempo migraron a internet, primero a Craigslist y luego a Backpage, que eventualmente se convirtió en blanco de ataques morales intensos.

La cobertura mediática, repleta de políticos y celebridades equiparando erróneamente la prostitución con el tráfico sexual, preparó el terreno para teorías de la conspiración como Pizzagate y QAnon. Estas teorías afirmaban que figuras prominentes, especialmente demócratas, estaban involucradas en redes de tráfico sexual infantil, una narrativa sin evidencia sustancial pero que encontró un terreno fértil en el clima de miedo generado.

El cierre de Backpage en 2018, impulsado por legisladores y activistas que apuntaban a erradicar la prostitución y el tráfico sexual de la web, no sólo no eliminó el problema sino que dispersó la industria del sexo en internet, haciendo más difícil para las autoridades rastrear y prevenir casos reales de explotación.

El impacto de estos eventos no se limita a cambios en la industria del sexo en línea. Han influido profundamente en la psique estadounidense, alimentando teorías conspirativas más amplias que distorsionan la política y la percepción pública sobre temas de tráfico y explotación sexual. QAnon, por ejemplo, se ha alimentado de estos miedos, promoviendo la idea de que sólo figuras como Donald Trump están dispuestas o son capaces de desmantelar supuestas redes de explotación.

Estas teorías conspirativas no sólo reflejan un malentendido de los problemas reales sino que también muestran cómo el pánico moral puede ser explotado para fines políticos, desviando la atención de las verdaderas soluciones necesarias para abordar problemas sociales complejos. Mientras tanto, la amalgama de tráfico sexual y prostitución continua siendo un tema polarizador, con implicaciones significativas para la política, la ley y la vida social en Estados Unidos.

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