Celebración infantil con disfraces y juegos al aire libre.

La Colmenita lleva alegría y cultura a Guanabacoa: ¡Al fin una buena noticia!

En un contexto donde la oferta cultural en los barrios cubanos ha disminuido drásticamente, iniciativas como la de La Colmenita representan un soplo de aire fresco para las comunidades. Este domingo, el reconocido grupo teatral infantil llegó hasta el barrio en transformación Azotea, en el municipio Guanabacoa, La Habana, con su característico espíritu de alegría, educación y valores. La presentación del cuento Meñique, junto a un repertorio de juegos y canciones, convirtió la jornada en una verdadera fiesta para los niños y sus familias, quienes recibieron con entusiasmo la propuesta cultural.

El arte que regresa a los barrios: una necesidad urgente

Durante años, Cuba ha sido un país donde la cultura y el arte popular llegaban a cada rincón, ofreciendo espacios de recreación sana y formación para niños, jóvenes y adultos. Sin embargo, la realidad actual es muy diferente. La crisis económica, la falta de recursos y el deterioro de infraestructuras han golpeado severamente la oferta cultural en los barrios, dejando a muchas comunidades sin acceso a este tipo de iniciativas.

La ausencia de proyectos artísticos y recreativos ha generado un vacío que, en muchos casos, ha sido ocupado por el ocio malsano, el aumento de la violencia y la indisciplina social. Es por ello que la visita de La Colmenita a Guanabacoa cobra una relevancia especial: más que un simple espectáculo, es una muestra del impacto positivo que el arte puede tener en la transformación social y el fortalecimiento de los valores colectivos.

Más cultura, menos violencia: el reto de recuperar los espacios comunitarios

El regreso de actividades como esta a los barrios es un recordatorio de que la cultura no solo entretiene, sino que también educa, forma ciudadanos y refuerza la identidad nacional. La experiencia de La Colmenita demuestra que cuando se crean espacios de participación artística, la comunidad responde con entusiasmo, y esto se traduce en una convivencia más armoniosa y enriquecedora.

No obstante, este tipo de acciones no deberían depender exclusivamente de grupos teatrales o iniciativas puntuales. Es urgente que se retomen políticas culturales que garanticen el acceso al arte en cada barrio, con actividades permanentes que fomenten la creatividad, la disciplina y el sentido de comunidad.

Lo sucedido en Guanabacoa es una buena noticia, pero no puede ser un hecho aislado. Cuba necesita que la cultura vuelva a ser una prioridad en los barrios, porque donde hay arte y educación, hay menos violencia y más esperanza.

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