Según una reciente publicación de The Intercept, con la cual colaboramos, el complejo de seguridad nacional de Estados Unidos está reenfocando su atención hacia ISIS-K tras un ataque mortal del grupo en Crocus City Hall, Rusia, el mes pasado. Este cambio se produce después de que, durante siete meses, Hamas haya sido el foco principal de las operaciones federales de contraterrorismo, anticipando un ataque terrorista que subrayaría el apoyo militar de América a Israel.
El Director del FBI, Christopher Wray, expresó su preocupación por las amenazas domésticas post-7 de octubre y la nueva obsesión con Hamas derivada de la guerra en Gaza. Sin embargo, en la última semana, miembros del Congreso han exigido al gobierno proporcionar informes clasificados sobre la amenaza de ISIS-K, manifestando una «seria preocupación» sobre el alcance del grupo. El departamento de seguridad nacional de Nueva Jersey, uno de los centros de contraterrorismo más activos del país, ha emitido un informe de inteligencia advirtiendo sobre posibles ataques de ISIS-K. Además, el Servicio de Investigación del Congreso ha producido un informe sobre la capacidad actual de Estados Unidos para llevar a cabo operaciones de contraterrorismo «más allá del horizonte» en Afganistán para frustrar las operaciones futuras del grupo.
La transición del foco de Hamas a ISIS-K es bien recibida por los agentes de contraterrorismo, ya que elimina la política complicada asociada con la guerra de Gaza, especialmente la dificultad que el FBI y otros han tenido para separar los sentimientos pro-palestinos del apoyo a Hamas. Este cambio también se aleja del enfoque en los extremistas domésticos pro-Trump.
ISIS-K, conocido como Estado Islámico Khorasan, es la filial del grupo Estado Islámico en Afganistán, ahora activo en el sur de Asia y el Cáucaso. El nombre Khorasan proviene del persa antiguo y se refiere a la región que abarca Afganistán y el noreste de Irán, y partes de Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán, Kazajistán y Pakistán. Los combatientes supervivientes de Al Qaeda se han congregado bajo la bandera de ISIS-K, designado por el Director de Inteligencia Nacional como una de las «ramas más letales» de ISIS.
En ciertos aspectos, ISIS-K es el sucesor real de Al Qaeda, introduciendo ataques de alto perfil en el noroeste de África y Yemen, culminando en el 11 de septiembre. Antes del asalto en Moscú, que mató a 140 el mes pasado, ISIS-K había atacado directamente a EE. UU. durante la retirada de Afganistán en 2021, enviando un atacante suicida que mató a 13 miembros del servicio estadounidense y al menos a 170 afganos en el aeropuerto de Kabul. Desde que asumió el mando en 2020, el líder del grupo, Sanaullah Ghafari, ha prometido más ataques y ha adoptado el objetivo de ISIS de intentar crear un califato islámico físico.
A partir de 2022, ISIS-K también ha incrementado sus mensajes dirigidos a Estados Unidos, comentando sobre la acusación inicial del expresidente Donald Trump y sobre la violencia armada, destacando los asesinatos con armas de fuego en América como «ojo por ojo» por los fracasos de la política exterior de EE. UU.
Este cambio de enfoque hacia ISIS-K resalta la continua amenaza del terrorismo global y doméstico, y subraya la necesidad de vigilancia y cooperación internacional para combatir estas organizaciones y proteger a la población civil.
