Washington / Maryland — El inmigrante salvadoreño Kilmar Ábrego García habló este viernes con la prensa tras salir de la custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y reencontrarse con su familia en Maryland, luego de una prolongada y compleja batalla legal que lo convirtió en uno de los casos más emblemáticos del debate migratorio en Estados Unidos durante el segundo mandato del presidente Donald Trump.
Ábrego García, quien residía en Maryland y se encontraba en situación migratoria irregular, fue deportado por error a El Salvador a comienzos de este año y recluido de manera temporal en una prisión de máxima seguridad, un hecho que generó una amplia reacción pública y múltiples recursos judiciales. Tras su regreso a territorio estadounidense, permaneció varios meses detenido en un centro de inmigración en Pensilvania, hasta que una jueza federal determinó que su detención carecía de base legal.
En la madrugada de este viernes, la jueza federal de distrito Paula Xinis emitió una orden de restricción temporal que impide al Gobierno volver a detener a Ábrego García de forma inmediata. La magistrada concluyó que el inmigrante había estado bajo custodia durante aproximadamente cuatro meses sin una orden válida de deportación emitida por un juez de inmigración, lo que constituía una detención ilegal. La orden permanecerá en vigor hasta la celebración de una audiencia específica sobre el caso.
La decisión judicial se produjo después de que los abogados de Ábrego García alertaran sobre el riesgo de una nueva detención o deportación, tras la emisión de un documento administrativo por un juez de inmigración la noche del jueves. Ante la obligación del inmigrante de presentarse este viernes en una oficina de ICE en Baltimore, la defensa solicitó la intervención urgente del tribunal federal, argumentando que una nueva privación de libertad causaría un daño irreparable.
Al presentarse ante la oficina de ICE, Ábrego García compareció públicamente y pronunció un breve mensaje en español, traducido posteriormente al inglés, en el que afirmó: “Me presento ante ustedes como un hombre libre”, y pidió que su caso sirviera de aliento a otras personas que atraviesan procesos de separación familiar. Sus declaraciones fueron recibidas con aplausos por un pequeño grupo de simpatizantes y miembros de CASA, una organización que brinda asistencia legal y social a inmigrantes en Maryland.
La historia de Ábrego García ha adquirido un fuerte valor simbólico dentro del debate nacional sobre deportaciones, debido proceso y garantías legales para personas migrantes. Su caso ha sido citado por defensores de derechos civiles como ejemplo de los riesgos de una aplicación estricta y acelerada de las políticas migratorias, especialmente cuando existen errores administrativos o falta de supervisión judicial efectiva.
Aunque la orden judicial representa un revés para el Ejecutivo, el Gobierno de Trump podría apelar la decisión, lo que mantendría el caso abierto en los tribunales. Mientras tanto, Ábrego García permanece en libertad y junto a su familia, a la espera de que se definan los próximos pasos legales en un proceso que sigue generando atención nacional.
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