El incendio que desde hace más de dos días arrasa varias localidades al norte de Atenas ha cobrado su primera víctima mortal, en lo que ya se perfila como uno de los peores desastres naturales recientes en Grecia. Según reporta Europa Press, una mujer de 62 años fue hallada sin vida en el interior de una fábrica en Vrilissia, una zona ubicada en las afueras de la capital griega. El propietario de la fábrica, con evidente pesar, se mostró desconcertado al no entender por qué la mujer no abandonó el lugar junto con los demás empleados que lograron evacuar.
El incendio, que se desató el pasado domingo en las inmediaciones del lago Maratón, en la región de Ática, ha avanzado sin control, devastando todo a su paso. Hasta el momento, se calcula que más de 10,000 hectáreas han sido calcinadas, lo que incluye numerosas viviendas y estructuras. Las llamas han generado un ambiente de caos y desesperación entre los residentes locales, quienes han visto cómo el fuego consume sus propiedades y amenaza sus vidas.
La gravedad de la situación ha llevado a las autoridades griegas a solicitar ayuda internacional. En respuesta, la Unión Europea ha anunciado el despliegue de medios aéreos y terrestres para colaborar en las tareas de extinción. Este apoyo se activó a través del Mecanismo de Protección Civil de la UE, que permite coordinar la respuesta europea ante emergencias de gran magnitud. Equipos especializados de diferentes países europeos han comenzado a llegar a Grecia, uniéndose a los esfuerzos locales para controlar el incendio.
Las condiciones meteorológicas adversas, con fuertes vientos y altas temperaturas, han complicado aún más las labores de extinción, dificultando el trabajo de los bomberos y otros equipos de emergencia. A pesar de los intensos esfuerzos, el fuego continúa avanzando, lo que ha llevado a la evacuación de miles de personas en la región afectada. Las autoridades han instado a la población a seguir estrictamente las indicaciones de los equipos de emergencia y a mantenerse alejados de las zonas de peligro.
El incendio en Ática es el último de una serie de incendios forestales que han azotado Grecia este verano, exacerbados por las condiciones climáticas extremas. Este desastre subraya la creciente vulnerabilidad de la región a los incendios forestales, que se han vuelto más frecuentes e intensos en los últimos años. La comunidad internacional observa con preocupación la situación, reconociendo la necesidad de una acción global más fuerte para abordar las causas subyacentes de estos fenómenos, como el cambio climático.
Mientras tanto, en Grecia, la prioridad sigue siendo contener el incendio y proteger a la población. Se espera que las operaciones de extinción se intensifiquen en los próximos días, con la esperanza de que las condiciones mejoren y permitan controlar el fuego antes de que cause más daños. La tragedia de Vrilissia, donde se encontró a la primera víctima mortal, es un recordatorio sombrío de los peligros que enfrentan quienes están en la primera línea de estos desastres naturales.