El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) ha revelado recientemente un aumento en los casos del virus Oropouche en Europa, siendo España el país con la mayor cantidad de afectados, sumando un total de 12 diagnósticos confirmados. Los datos consolidados de junio y julio muestran que Italia y Alemania también han registrado casos, con cinco y dos afectados respectivamente.
El virus Oropouche, una zoonosis transmitida principalmente por la picadura de mosquitos, ha sido documentado previamente en diversas regiones de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe. En 2024, se han observado brotes significativos en países como Brasil, Bolivia, Colombia y Perú, y recientemente en Cuba. Notablemente, la mayoría de los casos europeos tienen antecedentes de viajes a estas zonas afectadas, especialmente a Brasil.
En España, adicionalmente al reporte del ECDC, la región de Galicia ha confirmado un nuevo caso en agosto, asociado a un paciente que no requirió hospitalización y mostró una evolución favorable de su cuadro clínico. Este caso subraya la importancia de la vigilancia en zonas donde el vector principal, el mosquito Culicoides paraensis, no es endémico.
Los síntomas de esta infección incluyen fiebre, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, y dolores musculares y articulares. A pesar de la ausencia de una vacuna o tratamiento específico para el virus Oropouche, la enfermedad suele tener un buen pronóstico de recuperación y los casos fatales son extremadamente raros.
Además, en respuesta a un aumento en los casos en América, la Organización Panamericana de la Salud emitió una alerta epidemiológica a principios de año, destacando un alza en las infecciones en Brasil, Colombia y Perú. Hasta mediados de julio, se han confirmado más de 8,000 casos en la región, con dos fallecimientos reportados en Brasil.
El riesgo de contagio se considera moderado para aquellos que viajan o residen en áreas con brotes activos. La prevención se centra en medidas de protección personal contra picaduras de mosquitos, como el uso de repelente, ropa de manga larga y mosquiteros. Además, es crucial que los profesionales de la salud estén alerta para la detección temprana de casos en viajeros que retornan de zonas afectadas, para diferenciar estos síntomas de otras enfermedades transmitidas por artrópodos.