El reciente viaje de Manuel Anido, hijastro del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, ha desatado una ola de controversia. Anido fue visto portando un lujoso maletín de la marca Montblanc, cuyo valor supera los $1300, durante una gira oficial por el Medio Oriente. Este hecho ha generado debate debido a la aparente contradicción con el discurso de «resistencia creativa» promovido por Díaz-Canel en Cuba.
El maletín, identificado como parte de la colección de verano 2022 de la reconocida marca alemana, especializada en la producción de artículos de cuero, relojes y accesorios de alto costo, ha planteado interrogantes sobre la coherencia entre los valores promovidos por el gobierno cubano y las elecciones personales de Anido.
La posesión de un artículo tan costoso, que representa un gasto equivalente a más de una década de salario estatal íntegro, ha desencadenado especulaciones sobre la procedencia del maletín y la posibilidad de prácticas indebidas, como corrupción o desvío de fondos públicos. Estas sospechas se ven acentuadas por el hecho de que Anido, a pesar de no ostentar un cargo oficial en el gobierno cubano, acompaña frecuentemente al presidente en viajes oficiales y participa en reuniones de alto nivel.
Además, la elección de la aerolínea española Plus Ultra para la gira, una compañía rescatada financieramente por el gobierno español en medio de controversias, y el alquiler de un avión Airbus de elevado costo, han generado cuestionamientos sobre los gastos incurridos en estos viajes oficiales.
Esta situación ha provocado críticas y cuestionamientos sobre el nepotismo y los privilegios en el entorno de Díaz-Canel, contrastando notablemente con el mensaje anticapitalista y de austeridad que predomina en el discurso político de Cuba. La aparición de Anido con un accesorio de lujo simboliza para muchos una desconexión entre los principios declarados por el gobierno y las prácticas de aquellos cercanos al poder en la isla.