La escalada de tensiones entre Israel y Hezbollah ha alcanzado un punto crítico, con intensos ataques aéreos por parte de Israel sobre Líbano y advertencias de una posible expansión del conflicto a otros frentes. Según fuentes oficiales, Israel ha bombardeado el sur de Beirut con una fuerza que no se había visto en los últimos 20 años fuera de la Franja de Gaza, lo que ha generado una grave crisis humanitaria en la región. Además, estos ataques han cortado importantes rutas de evacuación hacia Siria, dejando a decenas de miles de personas atrapadas en el Líbano.
El conflicto ha aumentado la incertidumbre en la región después de que Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, fuera asesinado en uno de los ataques israelíes. Aunque Hezbollah no ha tomado una decisión sobre el lugar y el momento del funeral de Nasrallah, las operaciones militares de Israel han dificultado la organización de cualquier ceremonia debido a la falta de seguridad.
El gobierno israelí, a su vez, ha emitido nuevas advertencias de evacuación para los residentes de áreas del sur de Beirut, incluidas las zonas de Haret Hreik y Choueifat Al-Amrousieh, donde se sospecha que se encuentran instalaciones relacionadas con Hezbollah. Estas advertencias, emitidas por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), han precedido ataques aéreos previos, lo que ha generado un clima de miedo entre la población civil.
Por otro lado, Irán ha lanzado más de 200 misiles balísticos contra Israel en la última semana, aumentando la preocupación sobre una posible confrontación directa entre ambos países. Estados Unidos, mientras tanto, ha expresado su inquietud por la posibilidad de que Israel realice ataques contra instalaciones nucleares iraníes, aunque Israel no ha dado garantías al respecto.
El conflicto se desarrolla mientras Israel enfrenta una guerra en varios frentes, según declaró el primer ministro Benjamin Netanyahu. Israel combate actualmente contra Hezbollah en el norte, Hamas en Gaza, y milicias apoyadas por Irán en Siria, Irak y Yemen, en lo que Netanyahu describió como una «guerra de siete frentes». Esta situación ha puesto al país en estado de alerta máxima ante posibles ataques terroristas, especialmente en vísperas del aniversario de los ataques de Hamas del 7 de octubre.
Las repercusiones humanitarias del conflicto son cada vez más graves, con miles de civiles desplazados y zonas residenciales del Líbano severamente afectadas por los bombardeos israelíes. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue observando con preocupación el desarrollo de una guerra que podría extenderse más allá de las fronteras actuales, afectando a toda la región del Medio Oriente.
