En un reciente informe del Archivo Internacional de Ataques de Tiburón, perteneciente al Museo de Historia Natural de Florida, se destaca que Florida continúa liderando las estadísticas globales en mordeduras de tiburón no provocadas. Durante el año pasado, el estado registró un total de 16 incidentes, lo que representa el 44% de los casos en Estados Unidos.
El informe aclara que estos incidentes corresponden a mordeduras ocurridas en condiciones naturales sin intervención o provocación humana. A pesar de que Florida es conocida por ser un hotspot para este tipo de encuentros, el informe señala una disminución respecto a la media anual de cinco años, que anteriormente era de 19 mordeduras.
La mayoría de estos incidentes se concentraron en el condado de Volusia, donde se reportaron la mitad de las mordeduras. Otros condados afectados incluyen Brevard y Santa Lucía con dos casos cada uno, y los condados de Miami-Dade, Palm Beach, Escambia y Pinellas con un caso reportado por condado.
En el ámbito internacional, Estados Unidos encabezó la lista de mordeduras no provocadas con 36 incidentes en total, de los cuales solo dos resultaron mortales. Esto representa una disminución respecto a los 41 incidentes del año anterior. Australia siguió a Estados Unidos en la lista con 15 incidentes, incluyendo cuatro mortales.
Los datos recopilados por el ISAF en 2023 revelan que los surfistas y quienes practican deportes acuáticos con tablas fueron los más afectados, representando el 42% de los incidentes. Los nadadores y las personas que utilizan vadeadores compusieron el 39%, mientras que los buzos con y sin esnórquel representaron el 13% de las mordeduras.
A pesar de las cifras, los expertos insisten en que no hay motivo para el pánico, ya que el número de mordeduras de tiburón no provocadas sigue siendo extremadamente bajo a nivel mundial, sugiriendo que los océanos siguen siendo espacios seguros para actividades recreativas si se toman las precauciones adecuadas.