El presidente de la Reserva Federal, Jerome H. Powell, ha dejado abierta la posibilidad de un aumento en las tasas de interés, según informa un artículo de Jeanna Smialek para The New York Times.
A pesar de que los funcionarios de la Fed consideran que su próximo movimiento será reducir las tasas, no están descartando completamente la posibilidad de tener que aumentarlas, lo que sugiere una postura más cautelosa por parte del banco central.
Después de mantener las tasas estables en un 5.3 por ciento la semana pasada, Powell ofreció una conferencia de prensa donde su reticencia a descartar un posible aumento de tasas llamó la atención.
Aunque Powell indicó que probablemente no aumentarían las tasas nuevamente, evitó descartar completamente la posibilidad. Además, cuando se le preguntó dos veces si consideraba que las tasas eran lo suficientemente altas para controlar completamente la inflación, Powell eludió la pregunta.
Hubo un mensaje implícito en esa evasiva. Si bien los funcionarios de la Fed prefieren mantener las tasas de interés en sus niveles actuales para combatir la inflación, podrían estar dispuestos a considerar aumentos si la inflación volviera a repuntar, según han sugerido en entrevistas y comentarios públicos recientes.
Neel Kashkari, presidente del Banco de la Reserva Federal de Minneapolis, expresó su cautela sobre un escenario en el que la inflación se mantuviera en su nivel actual, insinuando que podría ser posible un aumento de tasas.
Michelle Bowman, una gobernadora de la Fed que tiende a favorecer tasas de interés más altas, ha dicho que está «dispuesta a aumentar» los costos de endeudamiento si el progreso en la reducción de la inflación se estanca o se revierte. Por su parte, Thomas Barkin, presidente del Banco de la Reserva Federal de Richmond, sugirió que las tasas estaban afectando a la economía, pero que el tiempo determinaría si estaban siendo suficientemente efectivas.
Aunque los funcionarios de la Fed esperan que la economía se desacelere dado el actual ajuste de tasas, han dejado en claro que si la inflación comienza a enfriarse nuevamente, esperan recortar las tasas. Y si la inflación los sorprende volviendo a subir, no descartan la posibilidad de aumentarlas.
Aunque la mayoría de los economistas espera que la inflación se desacelere en los próximos meses, existe siempre el riesgo de que vuelva a subir. Sin embargo, los inversores, los economistas y los propios funcionarios de la Fed siguen ampliamente convencidos de que el próximo movimiento del banco central será reducir las tasas de interés. Aunque esto es porque confían en que la inflación está a punto de disminuir, advierten que si esta perspectiva resultara incorrecta, las cosas podrían cambiar.
