El exoficial de policía Edsaul Mendoza fue sentenciado a un mínimo de ocho años de cárcel tras su declaración de culpabilidad en el caso del asesinato de un niño de 12 años en Filadelfia. Este incidente, que tuvo lugar en 2022, culminó con la muerte de Thomas «T.J.» Siderio, quien según reportes fue abatido mientras huía tras un enfrentamiento con la policía.
Mendoza, quien había servido en el cuerpo policial durante cinco años antes de ser despedido a raíz del incidente, admitió en abril haber cometido asesinato en tercer grado. El suceso desencadenó un intenso debate sobre el uso de la fuerza por parte de la policía. De acuerdo con la fiscalía, Siderio estaba desarmado y en el suelo cuando recibió el disparo fatal en la espalda.
El contexto del trágico evento revela que el menor había disparado previamente contra un vehículo policial sin distintivos, lo que resultó en heridas a uno de los agentes. Antes de ser alcanzado por los disparos, el niño había descartado el arma a unos 12 metros de distancia y cayó al suelo, ya sea por tropiezo o intencionalmente.
La sentencia impuesta a Mendoza ha puesto en relieve las complejidades y los desafíos de la intervención policial en contextos de alta tensión y ha generado una revisión de las políticas de uso de la fuerza en la ciudad.