Miami – La reciente protesta de un grupo de cubanos en el centro de Miami, en la que se exigió mantener los envíos de remesas, paquetería y vuelos a la isla, ha generado un marcado malestar dentro del exilio histórico cubano, que observa estas manifestaciones con profundo rechazo.
Mientras los participantes en la marcha defendían su derecho a ayudar a sus familias en Cuba y a viajar con regularidad, figuras representativas del exilio de más larga data consideran que este tipo de demandas terminan favoreciendo al gobierno de La Habana. Para ellos, las remesas y los vuelos constituyen “un oxígeno económico y político” que prolonga el poder de las autoridades en la isla.
“Es lamentable que después de tantos años de sacrificio, algunos prefieran legitimar al régimen enviando dinero y viajando constantemente”, expresó un miembro del exilio histórico consultado en Miami. Este sector de la comunidad cubana en Florida ha sido tradicionalmente uno de los más firmes en respaldar políticas de presión hacia la isla, convencidos de que solo así se puede propiciar un cambio político.
La protesta del domingo se produjo en respuesta a una carta enviada en abril por el congresista republicano Carlos Giménez a la Casa Blanca, en la que pidió la suspensión de remesas y vuelos, salvo en casos de emergencia. El documento argumenta que estas medidas reducirían una fuente clave de ingresos para el gobierno cubano.
Lejos de apoyar la protesta, el exilio histórico considera que insistir en mantener las remesas y los vuelos no hace más que profundizar la división en la diáspora cubana y debilitar la presión internacional sobre La Habana.
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