El general Abdourahamane Tchiani, líder de la junta militar que tomó el poder en Níger en julio de 2023, ha inaugurado una conferencia nacional con el propósito de definir el rumbo de la transición política en el país. Durante su intervención, subrayó la necesidad de un «gran diálogo nacional inclusivo» para establecer las bases de una nueva gobernanza y reafirmó su rechazo a cualquier injerencia extranjera.
Tchiani denunció que Níger sigue bajo «la amenaza de guerra» por parte de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), que, según sus declaraciones, actúa bajo la influencia de Francia. Estas tensiones se han traducido en sanciones económicas y restricciones que, en palabras del general, han afectado gravemente la estabilidad social y económica de la nación.
Un llamado a la unidad y a la resistencia
En su discurso, el líder del Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CNSP) destacó la necesidad de resistir la presión externa y reivindicó la autodeterminación del pueblo nigerino. “Es el momento de que los africanos del Sahel tomen el control de su destino y aprovechen los recursos de su tierra sin interferencias extranjeras”, expresó Tchiani, quien ha reforzado su postura contra la presencia occidental en la región.
El foro nacional, denominado Conferencia Nacional para la Refundación, tiene como objetivo establecer los principios fundamentales que guiarán la transición, definir su duración y determinar las prioridades nacionales en este periodo. El evento, que se extenderá por cinco días, reúne a 716 delegados de diversas regiones del país, lo que la convierte en una plataforma clave para el futuro político de Níger.
El distanciamiento de Occidente y el giro hacia nuevas alianzas
Desde la asonada militar que derrocó al presidente electo Mohamed Bazoum, Níger ha seguido un camino similar al de otras naciones de la región que han optado por rechazar la influencia francesa y occidental. Bajo el mando de Tchiani, el país ha fortalecido su cooperación con los regímenes militares de Malí y Burkina Faso, que también surgieron tras golpes de Estado recientes y comparten una postura crítica frente a Francia y la CEDEAO.
Estos tres países conformaron en 2023 la Alianza de Estados del Sahel (AES), una coalición de defensa mutua que busca consolidar una alternativa geopolítica más independiente, alejándose de los tradicionales vínculos con Occidente y explorando nuevas alianzas con actores como Rusia.
Un futuro incierto en un contexto de inestabilidad regional
El golpe de Estado en Níger marcó un nuevo capítulo en la inestabilidad del Sahel, una región afectada por la creciente actividad de grupos yihadistas vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico. La retirada de las tropas francesas y la reducción de la presencia militar occidental han generado interrogantes sobre la capacidad de los gobiernos locales para contener la amenaza terrorista.
Mientras la junta militar busca legitimidad interna a través de este proceso de diálogo nacional, la incertidumbre persiste sobre la respuesta de la CEDEAO y la comunidad internacional. Con sanciones en vigor y relaciones diplomáticas fracturadas, el camino hacia una estabilidad duradera sigue siendo un desafío para el país y para toda la región.