Agencias clave del gobierno de Estados Unidos, incluyendo el FBI, el Pentágono y el Departamento de Estado, han ordenado a sus empleados que ignoren la reciente solicitud de Elon Musk, quien exigió que los trabajadores federales informaran sobre los logros alcanzados durante la semana pasada, advirtiendo que quienes no lo hicieran antes del lunes por la noche serían considerados como renunciantes.
El equipo de Musk envió un correo electrónico masivo a miles de empleados federales con un plazo de 48 horas para presentar un informe de cinco logros específicos. Musk, a través de la red social X, advirtió que no responder a esta solicitud equivaldría a una renuncia. Esta exigencia surgió tras un mensaje del presidente Donald Trump, quien instó a Musk a ser “más agresivo” en su rol al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
Las directrices de Musk generaron una respuesta inmediata por parte de altos funcionarios. Kash Patel, director del FBI y aliado de Trump, señaló en un correo interno que “el FBI, a través de la Oficina del Director, es responsable de todos nuestros procesos de revisión y coordinará las respuestas cuando sea necesario. Por ahora, por favor, detengan cualquier respuesta”.
De igual manera, el Pentágono instruyó a su personal a «pausar» cualquier respuesta a Musk. Jules Hurst, subsecretario de personal y preparación del Departamento de Defensa, recalcó que “el Departamento es responsable de revisar el desempeño de su personal y lo hará bajo sus propios procedimientos”.
Mientras tanto, Tibor Nagy, subsecretario interino de administración del Departamento de Estado, indicó que el liderazgo de esa dependencia respondería en nombre de sus trabajadores, aclarando que “ningún empleado está obligado a reportar sus actividades fuera de la cadena de mando de su departamento”.
La respuesta de Musk no se hizo esperar. En un mensaje publicado en X, aseguró que “un número significativo de personas que se supone trabajan para el gobierno están haciendo tan poco trabajo que ni siquiera revisan su correo electrónico” y alegó, sin presentar pruebas, que se estarían utilizando identidades de personas fallecidas para cobrar salarios.
Por su parte, los sindicatos han amenazado con emprender acciones legales, mientras que legisladores de ambos partidos expresaron su preocupación. El senador John Curtis, republicano por Utah, señaló: “Si pudiera decirle algo a Elon Musk, es que añada una dosis de compasión en esto. Se trata de personas reales, con vidas reales”.
Los demócratas también se pronunciaron. El senador Chris Van Hollen, demócrata por Maryland, criticó las acciones de Musk y las calificó de ilegales: “No hay un artículo en la Constitución que le dé a Musk esa autoridad. Tenemos que cerrar esta operación ilegal”.
Mientras tanto, continúan los despidos en agencias federales. Se reporta que cientos de miles de trabajadores se han visto afectados por despidos o “renuncias diferidas” ordenadas durante el primer mes del segundo mandato de Trump. La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) también ha sido afectada, tras recibir cartas de despido y sufrir la cancelación de miles de programas internacionales.
Las reacciones en el ámbito político continúan, mientras se intensifica la incertidumbre sobre el futuro del personal federal y el alcance real de las nuevas medidas impulsadas por Musk y respaldadas por la administración Trump.