El precio del alquiler en Estados Unidos ha registrado su nivel más bajo en tres años, con una renta media de $1,592 dólares mensuales, según un informe reciente de la firma inmobiliaria Redfin. Sin embargo, en ciudades como Miami, la reducción ha sido mucho más moderada, manteniéndose entre las áreas metropolitanas con los costos de vivienda más elevados del país.
Descenso en los precios, pero lejos de ser accesibles
Si bien algunos alquileres en el sur de Florida han bajado hasta $200 dólares, el promedio en Miami aún se sitúa en $2,373 dólares, muy por encima de la media nacional. Esta cifra hace que rentar en la ciudad continúe siendo un desafío económico para muchos residentes, especialmente si se compara con el ingreso promedio de la zona.
De acuerdo con el estudio, para costear un alquiler medio en Miami se necesitaría un ingreso anual de al menos $94,920 dólares, mientras que el salario promedio en la ciudad en 2024 fue de $57,157 dólares, una diferencia cercana al 40%. Este desajuste ha provocado que muchas familias y trabajadores enfrenten dificultades para encontrar opciones habitacionales dentro de su presupuesto.
Factores que han impulsado la reducción de precios
Expertos en bienes raíces atribuyen esta ligera disminución en los costos de alquiler a dos factores clave: el aumento en la disponibilidad de unidades en leasing y el retraso en la renta de propiedades adquiridas por inversionistas. A medida que más unidades quedan vacantes, los propietarios han comenzado a ajustar sus precios para atraer nuevos inquilinos.
Pese a esta tendencia, el informe de Redfin señala que Miami sigue dentro de las cinco ciudades con los alquileres más costosos en EE.UU., junto con otras áreas metropolitanas donde la oferta sigue sin alcanzar la demanda.
Migración hacia Miami y percepción del mercado
A pesar de los altos costos, la ciudad continúa atrayendo a nuevos residentes. Es el caso de Haim Okke y Alejandro, una pareja que planea mudarse desde Boston a Miami en abril. «Dependiendo de la zona, hemos visto precios entre un 10% y 15% más bajos que en Boston, aunque siguen siendo elevados», comentaron.
La combinación de clima cálido, calidad de vida y oportunidades económicas sigue impulsando la migración hacia el sur de Florida. Sin embargo, el acceso a una vivienda asequible sigue siendo un desafío que expertos prevén persistirá en 2025, pese a la leve reducción en los precios de renta.