El enviado especial de Estados Unidos para Ucrania y Rusia, Keith Kellogg, ha señalado al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, como responsable del fracaso de la reciente reunión en la Casa Blanca, lo que habría motivado la decisión de la Administración Trump de suspender la ayuda militar y el intercambio de información de inteligencia con Ucrania. Según reporta Europa Press, Kellogg afirmó que la actitud de Zelenski durante el encuentro fue determinante en la respuesta del Gobierno estadounidense.
En un evento organizado por el Consejo de Relaciones Exteriores, un think tank estadounidense, Kellogg reprochó a Zelenski haber desafiado abiertamente a Trump en el Despacho Oval, cuando el propósito inicial del encuentro era formalizar un acuerdo sobre tierras raras y no discutir públicamente los términos de un posible acuerdo de paz. «Básicamente, se trataba de entrar, firmar el acuerdo, asistir a un almuerzo, participar en una conferencia de prensa y retirarse», explicó el funcionario, quien reconoció que la rueda de prensa que finalmente tuvo lugar se tornó en un intercambio tenso e inesperado.
El enviado especial destacó que la postura de Zelenski generó sorpresa dentro del equipo de la Casa Blanca, especialmente porque el mandatario ucraniano ya había sido informado del formato previsto para la reunión. «No se negocia la paz en público», criticó Kellogg, añadiendo que la Administración Trump esperaba que Zelenski mostrara una mayor alineación con su estrategia en el conflicto con Rusia.
En respuesta a esta situación, el Gobierno estadounidense ha tomado medidas para presionar a Ucrania hacia lo que considera la vía «diplomática». Esto incluye la suspensión de la asistencia militar y del intercambio de inteligencia, decisiones que han generado preocupación entre los aliados de Kiev.
Respecto al acuerdo sobre tierras raras, Kellogg afirmó que Zelenski tuvo la oportunidad de firmarlo durante su visita oficial a Kiev en febrero, pero no lo hizo. Según el enviado especial, Washington le transmitió al líder ucraniano que las garantías de seguridad que busca vendrían implícitas en la inversión que Estados Unidos realizaría en la explotación de estos recursos estratégicos.
«Cuando un país tiene un interés económico en otro, también invierte diplomática, militar y económicamente en su futuro», argumentó Kellogg, sugiriendo que la firma del acuerdo habría fortalecido la relación bilateral y asegurado mayor respaldo estadounidense a Ucrania.
Este nuevo capítulo en las relaciones entre Washington y Kiev llega en un momento de creciente incertidumbre sobre el futuro del apoyo occidental a Ucrania, mientras la guerra con Rusia continúa sin una solución clara en el horizonte.