¡Llegó el Día del Amor y la Amistad! Esa fecha mágica en la que los cubanos despliegan su romanticismo con la misma intensidad con la que despliegan el ventilador cuando hay corriente. Un día para celebrar el amor, la amistad y, por supuesto, para enfrentar el desafío supremo de encontrar una rosa decente sin vender un riñón en el intento.
Las calles de Cuba se llenan de parejas caminando de la mano, compartiendo un solo helado porque los precios ya no permiten dos, y de grupos de amigos que se abrazan con la ilusión de que al menos el abrazo es gratis. Los más afortunados llevan flores, mientras que otros optan por el clásico “te quiero mucho” acompañado de un detallito simbólico, también conocido como “nada, porque no hay ni para eso”.
Los restaurantes, para aquellos con billetera mágica, ofrecen cenas especiales a precios tan elevados que podrían considerarse una prueba de amor. Mientras tanto, la mayoría de los enamorados opta por celebrar en casa, con una cena a la luz de las velas… porque no hay otra opción. Sí, el apagón de más de 20 horas consecutivas ha convertido a los hogares cubanos en románticos escenarios con iluminación tenue y un ambiente caluroso digno de una sauna.
Las serenatas han evolucionado. Ya no son trovadores con guitarra, sino vecinos cantando sus frustraciones a gritos desde el balcón. Los regalos también han cambiado: un litro de aceite es más valioso que una joya, y un pedazo de pollo bien cocinado supera cualquier ramo de flores. En el mundo digital, los mensajes de amor y amistad fluyen con la rapidez de un internet que se cae cada cinco minutos, pero que al menos permite enviar un “te quiero” antes de desconectarse hasta nuevo aviso.
Entre apagones, precios impagables y la eterna búsqueda de lo inexistente, los cubanos siguen celebrando el amor con la mejor herramienta que tienen: el sentido del humor. Porque si algo ha demostrado la isla, es que el amor sobrevive a todo… incluso a la falta de corriente, comida y paciencia. ¡Feliz Día del Amor y la Amistad, si es que lo logras celebrar!