La población cubana enfrenta una situación crítica debido a los apagones extensos que se han vuelto insostenibles en varias regiones del país. Sin embargo, parece vislumbrarse un atisbo de alivio con la noticia de que la Unidad No.1 de la Central Termoeléctrica «Lidio Ramón Pérez» de Mayarí, en Holguín, está entrando en la fase final de su mantenimiento. Esta unidad es crucial, ya que se espera que genere más de 200 megavatios, una contribución significativa al Sistema Electroenergético Nacional de Cuba.
El cansancio y la frustración de los ciudadanos son palpables, ya que los cortes de electricidad han perturbado gravemente la vida diaria, afectando todo, desde la conservación de alimentos hasta el funcionamiento de hospitales y la educación. La Unión Eléctrica (UNE) y expertos locales, como Bernardo Espinosa, confirman que el proceso de mantenimiento está a punto de concluir, lo cual debería mitigar la situación al menos parcialmente.
Además de la unidad en Holguín, otras instalaciones como las de Mariel, Santa Cruz del Norte y ENERGAS VARADERO también están programadas para restablecer y aumentar su producción energética. Se anticipa que estas acciones conjuntas aportarán más de 500 megavatios al sistema esta semana, lo que se espera que reduzca considerablemente la duración de los apagones que han afligido a la isla.
La esperanza de que estos trabajos de mantenimiento alivien la carga de los apagones es un consuelo para muchos, pero también hay un reconocimiento de que la infraestructura energética de Cuba necesita inversiones y mejoras a largo plazo para evitar la recurrencia de estos problemas disruptivos. Mientras tanto, la población sigue clamando por soluciones inmediatas que pongan fin a su calvario diario con la electricidad.