Los residentes del parque de casas móviles Lil Abner, en Sweetwater, enfrentan la demolición de sus hogares y el cierre definitivo del lugar, programado para mayo. Más de 900 personas se ven obligadas a buscar nuevas alternativas de vivienda en un condado donde el acceso a opciones asequibles es cada vez más limitado.
Maday Villarreal, de 63 años, expresó su tristeza al tener que abandonar el lugar donde había planeado pasar sus años de retiro. «Es un dolor muy inmenso porque yo pensé retirarme aquí. Ya tenía todo planeado para terminar mi vida en paz», comentó.
Otros residentes enfrentan desafíos aún mayores. Reinaldo Oscariz, de 80 años, había invertido todos sus ahorros y parte de las ganancias de la venta de su casa en Westchester para comprar una casa móvil en Lil Abner hace apenas cuatro meses. Ahora, se encuentra ante una incertidumbre devastadora: «Todo está aquí: mi casa, mi vida. Vendí lo que tenía porque pensé que este sería mi hogar para siempre».
El cierre y las ofertas de compensación
El propietario del parque, CREI Holdings, informó el mes pasado sobre el cierre del lugar, otorgando a los residentes hasta el 19 de mayo para abandonar el terreno. Como incentivo, quienes desocupen antes del 31 de enero recibirán una compensación de 14,000 dólares, una suma que muchos consideran insuficiente para reubicarse en un mercado inmobiliario tan costoso como el de Miami-Dade.
La empresa administradora del proceso, The Urban Group, se comprometió a ayudar a trasladar las casas móviles que puedan ser reubicadas. Sin embargo, encontrar terrenos disponibles en la zona ha demostrado ser un gran reto.
Reinaldo, quien necesita permanecer cerca de sus médicos debido a problemas de salud, enfrenta obstáculos adicionales: «Quiero quedarme cerca de mis cardiólogos, quienes conocen mi historia clínica. Busqué opciones en Homestead, pero no consigo respuesta. Apenas contestan el teléfono porque hay demasiadas llamadas».
La transformación de los parques de casas móviles en Miami-Dade
El caso de Lil Abner no es aislado. En Miami-Dade, los parques de casas móviles están desapareciendo a medida que desarrolladores inmobiliarios adquieren estos terrenos para construir complejos residenciales y comerciales en áreas de alto valor. Esto deja a cientos de familias, muchas de ellas de bajos ingresos, en una posición vulnerable y sin alternativas claras.
El cierre del parque refleja una problemática más amplia en el condado, donde el acceso a viviendas asequibles es cada vez más limitado, y el desarrollo urbano plantea nuevos retos para comunidades que buscan estabilidad y seguridad en sus hogares.