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Cuba condena el giro de Washington hacia una política más estricta: “Provocará mayor escasez y migración”

Las recientes decisiones del Gobierno de Estados Unidos han encendido las alarmas en La Habana. La administración de Donald Trump anunció este viernes la reintroducción de una política más rígida hacia Cuba, lo que incluye mantener al país en la lista de patrocinadores del terrorismo, revirtiendo así una de las últimas medidas adoptadas por Joe Biden antes de dejar el cargo. Desde la isla, la respuesta no se hizo esperar: las autoridades cubanas calificaron la medida como un «atropello» que agravará la crisis social y económica de la nación caribeña.

Bruno Rodríguez, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, expresó su rechazo a esta decisión a través de un mensaje en la red social X. «Rechazamos las decisiones que anunció el Secretario de Estado de EE.UU. y los pretextos engañosos con que pretende justificar lo injustificable», afirmó el canciller, agregando que la nueva política no solo incrementará las carencias de los cubanos, sino que también fomentará la separación familiar y el aumento de la emigración.

Un regreso a la política de presión

El anuncio de Trump marca un retorno a la línea dura que caracterizó su primera administración respecto a la isla. Entre las primeras acciones destaca la permanencia de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, una designación que Biden había revertido a mediados de enero en un intento por suavizar las tensiones diplomáticas. Sin embargo, esta decisión quedó sin efecto apenas diez días después de la asunción de Trump, quien argumentó que el régimen cubano sigue colaborando con actores internacionales cuestionables.

Desde La Habana, la respuesta ha sido categórica. Rodríguez acusó a Washington de instrumentalizar el tema cubano con fines políticos y de avivar un clima de confrontación que, según él, responde más a cálculos electorales que a una estrategia real de seguridad. «Es otro acto provocador cuyo único propósito es perpetuar el bloqueo y seguir castigando al pueblo cubano», aseveró el canciller.

Consecuencias económicas y humanitarias

La reincorporación de Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo impone restricciones financieras adicionales, limitando aún más la capacidad del país para acceder a inversiones y créditos internacionales. Expertos advierten que este endurecimiento de sanciones podría agravar la crisis económica que ya golpea a la isla, afectando la disponibilidad de productos básicos y profundizando el éxodo migratorio.

En los últimos años, la migración cubana hacia Estados Unidos ha alcanzado cifras récord, impulsada por la precariedad económica y las restricciones impuestas por el embargo. Con este nuevo giro en la política estadounidense, se teme que la tendencia continúe e incluso se acelere.

Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención este nuevo episodio en la compleja relación entre La Habana y Washington. Gobiernos de América Latina y organismos internacionales han expresado en repetidas ocasiones su rechazo a las sanciones unilaterales impuestas a Cuba, argumentando que afectan principalmente a la población civil.

El futuro de las relaciones entre ambos países vuelve a entrar en terreno incierto, con un panorama que apunta más hacia la confrontación que hacia el diálogo. En La Habana, las autoridades insisten en su demanda histórica: el levantamiento del bloqueo, una exigencia que, bajo la administración Trump, parece más lejana que nunca.

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