La Unión Nacional Eléctrica de Cuba (UNE) ha anunciado este lunes una nueva jornada marcada por severas limitaciones en la capacidad de generación. A las 9:00 de la mañana, la Central Termoeléctrica «Antonio Guiteras», una de las principales fuentes de generación del país, salió del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) debido a un salidero en la caldera. La reparación, según estimaciones oficiales, tomará al menos 96 horas, agravando la ya crítica situación energética que enfrenta la isla.
La salida de la Guiteras no es un hecho aislado, sino parte de un ciclo repetitivo que ha afectado a millones de cubanos durante meses. Cada vez que una planta se reincorpora, otra se desconecta, evidenciando un sistema que apenas logra mantenerse en funcionamiento con parches temporales y una infraestructura al borde del colapso. Como señalan observadores energéticos, “cuando Guiteras vuelva, saldrá del aire Renté, Mariel o cualquier otra; es una ruleta que solo garantiza inestabilidad”.
Esta falta de respaldo y planificación ha convertido los apagones en una constante angustiosa para la población, con cortes prolongados que afectan desde el almacenamiento de alimentos hasta la actividad económica. Las promesas de mejora se repiten sin resultados visibles, mientras el malestar ciudadano crece y las explicaciones técnicas ya no bastan para justificar lo que muchos perciben como falta de previsión y gestión efectiva.
La ausencia de inversiones sostenidas en el mantenimiento del sistema eléctrico, combinada con una dependencia excesiva de termoeléctricas obsoletas, ha dejado al país en una situación sumamente vulnerable. A ello se suman factores externos como la falta de combustible, que agravan aún más la crisis.
Mientras tanto, la UNE se limita a anunciar las afectaciones diarias y a publicar pronósticos de déficit eléctrico que, en la práctica, se traducen en largas horas sin luz para hogares, centros médicos, escuelas y comercios. La población cubana, acostumbrada ya a planificar su día alrededor de los cortes, enfrenta este nuevo colapso con resignación y creciente frustración.
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