La acumulación de basura en las calles se ha convertido en un problema cada vez más grave en diversas ciudades de Cuba, exacerbando los riesgos sanitarios en un momento crítico debido al brote de fiebre de Oropuche. Esta crisis no solo afecta a Santiago de Cuba, donde la situación en el Reparto Flores ha sido denunciada repetidamente, sino que también se extiende a otras localidades como Camagüey y La Habana.
En Camagüey, el Reparto La Belén enfrenta una situación similar. Las montañas de basura se han convertido en una característica permanente de las calles, mientras los servicios comunales luchan por mantener la ciudad limpia. Los residentes de La Belén han reportado repetidos retrasos en la recolección de desechos, con residuos que permanecen semanas sin ser recogidos. Esta acumulación de basura está aumentando las preocupaciones por la propagación de enfermedades, especialmente en medio del brote de fiebre de Oropuche, una enfermedad que se propaga fácilmente en condiciones insalubres.
La situación es igualmente alarmante en varios barrios de La Habana, donde comunidades como Guanabacoa y La Lisa también se ven gravemente afectadas por la ineficiencia en la recolección de basura. En Guanabacoa, los residentes han expresado su frustración por la falta de respuesta de las autoridades, mientras observan cómo las bolsas de basura se amontonan en las esquinas y las plagas proliferan. En La Lisa, la situación es particularmente preocupante en áreas residenciales densamente pobladas, donde la acumulación de desechos amenaza con agravar la ya difícil situación sanitaria.
Otras localidades de la isla tampoco se escapan de este problema. Desde Matanzas hasta Holguín, la falta de una gestión eficaz de los desechos sólidos está generando un panorama desolador, donde las calles se convierten en vertederos improvisados. Las autoridades han sido criticadas por no proporcionar los recursos necesarios, como equipos de recolección y personal adecuado, para abordar esta crisis de manera efectiva.
A pesar de algunos intentos de las autoridades locales para rendir homenaje a los trabajadores del sector, organizando eventos y distribuyendo reconocimientos, la realidad en las calles cuenta una historia diferente. La falta de equipo básico como palas, escobas y guantes sigue siendo un problema crítico que impide una recolección de basura más eficiente.
Con el brote de fiebre de Oropuche avanzando, la acumulación de basura se convierte en un problema de salud pública de primer orden. Los residentes de estas áreas afectadas están pidiendo acciones urgentes y efectivas para controlar la situación antes de que empeore. Las enfermedades relacionadas con la mala gestión de residuos son una amenaza real, y la comunidad está demandando que las autoridades respondan con soluciones tangibles y duraderas para proteger la salud de los ciudadanos.
En todos estos lugares, la basura sigue siendo un recordatorio visible y persistente de la necesidad de una acción más decidida y eficiente para garantizar la limpieza y el bienestar de las comunidades cubanas.