La contralora general de Cuba, Gladys Bejerano, ha calificado el caso de corrupción del ex viceprimer ministro y exministro de Economía, Alejandro Gil, como una «traición» durante una entrevista con la Agencia EFE. Este escándalo, el más significativo en décadas, ha sacudido al país y ha sido el primer alto cargo cubano en ser investigado por tales acusaciones desde que se anunció la investigación hace dos meses.
Bejerano, quien lleva quince años al frente de la Contraloría General y veinte auditando, destacó las «connotaciones» del caso. «Duele y duele mucho porque uno piensa como compañero, y el pueblo, como cubano, que una persona que ha estado a ese nivel, manejando las situaciones y los sacrificios que ha habido que hacer, no tenga una actitud en correspondencia. Realmente uno lo siente como una traición», afirmó Bejerano.
Alejandro Gil fue cesado de su cargo como ministro de Economía el pasado 2 de febrero sin explicaciones públicas. Posteriormente, el 7 de marzo, el presidente Miguel Díaz-Canel anunció que Gil estaba imputado por «graves errores» y mencionó términos como «corrupción», «simulación» e «insensibilidad», aunque sin proporcionar detalles específicos.
La contralora general aseguró que el sistema cubano no minimiza la corrupción «ni por el monto ni porque sea de abajo o arriba», aunque reconoce que este caso tiene un «significado» particular. Bejerano subrayó que la investigación sobre Gil no partió de la Contraloría General.
Durante la entrevista, Bejerano admitió que la crisis actual ha aumentado la corrupción debido a la mayor necesidad y la escasez generalizada. Sin embargo, enfatizó que esto no justifica las acciones corruptas y que algunas personas «ceden al mercado negro» mientras otras se aprovechan «incluso cruelmente».
Bejerano también abordó las deficiencias en los sistemas de control del país, mencionando que solo el 60% de las plazas de la Contraloría General están cubiertas y que el 23% de los sistemas de control tienen deficiencias debido a la falta de capacidades técnicas o humanas.
Finalmente, la contralora general explicó que el conglomerado empresarial GAESA, de las Fuerzas Armadas, no está bajo su supervisión debido a su «disciplina y organización superior» adquiridas a lo largo de décadas de experiencia empresarial. Sin embargo, indicó que la Contraloría se enfoca en áreas donde se necesitan «avances».
Las declaraciones de Bejerano reflejan la gravedad del caso de Alejandro Gil y la determinación del gobierno cubano de enfrentar la corrupción en todos los niveles, aunque la crisis actual continúa planteando desafíos significativos para el país.
